martes, 24 de marzo de 2009

Uno de muchos

martes, 24 de marzo de 2009
Francisco Rodríguez-Burns
Primera Hora

Lleva seis meses encarcelado por incumplir con los pagos de la pensión alimenticia de su hijo de cinco años de edad. Para abonar a una deuda de $2,800, Franky Rivera, de 23 años, es transportado diariamente por las autoridades carcelarias a uno de los semáforos del centro comercial Plaza del Sol, en Bayamón, a vender periódicos.

El dinero que genera con el trabajito, después de la deducción, apenas le rinde para comprar artículos de primera necesidad en la comisaría de la instalación penitenciaria.

Uno de sus compañeros porteadores, que también estaba encarcelado por incumplir con los pagos, fue arrollado por un vehículo hace varias semanas. La fatalidad representó un duro golpe para muchos de los padres ingresados en instituciones penales por la misma infracción. A diario se codea con otros padres que han incumplido con sus pagos, ya sea por perder su trabajo, por negligencia o por adicción.

“Ellos son nuestros hijos, pero nosotros no somos criminales. Deberíamos estar buscando un trabajo en la libre comunidad para cumplir con nuestra obligación. A nadie, ni a mi peor enemigo, le deseo la cárcel. Lo más importante es que el padre pueda compartir con su hijo, pero aquí el que verdaderamente sufre es el niño que tiene un padre en la cárcel” , opinó.

El confinado reconoce que no es un “santo”. Cumplió una sentencia de dos años por un delito relacionado con el uso y distribución de drogas. Pero una vez salió de la cárcel trabajó como jardinero y se encontraba buscando otro empleo cuando fue enviado a prisión por incumplir con los pagos.

Rompió con su vicio de marihuana y hace apenas tres semanas se fumó su último cigarrillo. La institución también le otorga pases para buscar empleo, pero nadie le quiere dar trabajo por su récord criminal, el cual se circunscribe a su caso de narcotráfico.

Rivera, de Utuado, acumuló la deuda luego que perdiera su empleo como jardinero. Aseguró que compartía con su hijo todos los sábados y, como a muchos otros padres, le encantaba llevar al menor al parque para correr bicicleta o alguna otra actividad recreativa.

Tiene una niña con otra mujer, pero ésta no le ha requerido pensión. Además de la deuda, la pensión de Rivera asciende a $110 mensuales.

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