Más penas a asesinos de mujeres embarazadas

lunes, 2 de marzo de 2009
Leysa Caro González
Primera Hora

La senadora Norma Burgos y el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, presentaron ayer legislación a los fines de tipificar como delito en primer grado el asesinato de una mujer embarazada.

Actualmente, el Código Penal (2004) establece en su artículo 106 como asesinato en primer grado, “todo asesinato perpetrado por medio de veneno, acecho o tortura, o con premeditación”. Así como, “todo asesinato cometido como consecuencia natural de la consumación o tentativa de algún delito” como lo serían robo, escalamiento, secuestro y agresión sexual, entre otros.
A esta lista se suma “todo asesinato de un miembro de la Policía” y otros puestos relacionados con la seguridad.

Si no hay ninguno de estos elementos en la muerte de una mujer embarazada, entonces ese asesinato estaría tipificado en segundo grado.

Con esta enmienda no sólo se aumentaría de 45 a 99 años la pena máxima al convicto por este tipo de muerte violenta, sino que también en el proceso el fiscal sólo tendría que probar la intención de matar y el hecho de que la mujer estaba encinta.

El fiscal no tendría que probar premeditación, lo que podría reducir el cargo al imputado. Mientras, la defensa no podría levantar atenuantes que podrían favorecer a su cliente. Tampoco se tendría que tomar en cuenta en qué etapa del proceso se encuentra la mujer y si su estado era o no de conocimiento del agresor, dijo Burgos. La senadora agregó que su intención inicial fue tipificar como doble asesinato la muerte intencional de una mujer embarazada, pero el Código Civil no lo permite, ya que define como persona a “todo ser humano desprendido del seno materno”.

La líder feminista Olga Birriel lamentó que el Código Civil no haya sido enmendado, lo que se pretendió hacer cuando juristas comenzaron a estudiar cambios posibles que al fin y al cabo quedaron en nada y se concentraron en elevar a rango constitucional el matrimonio. La aprobación de la medida, dijo, representaría darle el valor que se merece a la mujer como canal de desarrollo de las próximas generaciones.