viernes, 27 de febrero de 2009

Caldero de atención en Cucharillas

viernes, 27 de febrero de 2009
Arys L. Rodríguez Andino
Primera Hora

A las siete de la mañana prenden las hornillas y a las diez ya está lista la comida. Poco tiempo, si se toma en cuenta que cocinan para más de 100 personas. Mucho mérito, si se considera que los alimentos son para una población indigente.

Más de 80 personas de edad avanzada reciben en su casa de la comunidad Cucharillas, en Cataño, la comida confeccionada por Ana María Coriano, Natividad Rivera y Geovany Soriano.
De la cocina del Centro Mamá Margarita sale, no solamente el plato balanceado que cumple con todos los requisitos de nutrición, sino el afecto y el compromiso que convirtieron ayer el lugar en recipiente del Premio de Excelencia otorgado por la procuradora de las Personas de Edad Avanzada, Rossana López León.

Ayer en el centro todo era alegría, pero como las tareas de cocina no se detienen de lunes a viernes, la celebración del galardón incluyó un menú especial que consistió en jamón con piña, ensalada de pasta, lechuga y mandarinas para el postre.

Mientras disfrutaban del jolgorio, los voluntarios se encargaron de repartir el almuerzo que llegó puntual, como siempre, a los hogares de personas necesitadas del barrio.

Patria Ocasio fue una de ellas.
En su silla de ruedas, Patria, quien cumple 94 años el domingo, recibió el envase con la comida que le ayuda a ingerir Aida Rivera, otra residente del barrio que de manera voluntaria asiste a la mujer.

Tan acostumbrada está Patria a la sazón de Mamá Margarita, que adivina el contenido del envase y hasta quién lo cocinó.

“Yo siempre me como todo, pero cuando estoy abastecida, paro”, contó Patria, a quien le gusta cuando “huele a yuca”.

Nunca ha salido del barrio, pero no le ha hecho falta. Entre la gente que la quiere ella siente que lo tiene todo.

“He salido de por la mañana a la tarde”, describió la nonagenaria de sus salidas “de a rato”.
Según su cuidadora, aun con la mano derecha paralizada, Patria desgrana los gandules del patio.
“Ha sido una campeona; ella hacía pasteles y hasta las colchas las pasaba por una máquina de rolo con una sola mano”, comentó Aida en la sala de la casa donde vive Patria desde que la expropiaron de la finca donde nació para construir un residencial público.

La directora del centro, Gloria Maldonado, confesó que cuando se siente decaída se pone a repartir almuerzos.

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