martes, 3 de marzo de 2009

De la infelicidad a la enfermedad

Por (EFE)
03 de marzo de 2009 12:00 am
El Vocero

Londres - Los adultos que fueron infelices de niños tienden a estar permanentemente enfermos, sugiere un estudio hecho por el King's College de Londres, que analizó a personas nacidas entre los años 1950 y 1955.Los investigadores, que evaluaron a 7,100 personas, descubrieron que los pequeños calificados por sus maestras como "tristes" o "infelices" tenían cinco veces más posibilidades de tener que ausentarse del trabajo por enfermedad al llegar a la vida adulta.Al mismo tiempo, estos menores tenían más posibilidades de tener tendencia a la depresión, según los científicos.

El estudio, publicado en el British Journal of Psychiatry, evaluó a los pequeños nacidos en Aberdeen (Escocia), donde se preguntó a las maestras sobre sus temperamentos y asistencia a clase.Los expertos han podido localizar a algunos de los participantes en la investigación para preguntarles sobre su situación laboral. De ellos, 392 admitieron que no han podido trabajar por estar permanentemente enfermos.

De otra parte, el consumo abusivo de alcohol aumenta el riesgo de padecer una depresión severa, pero ese desorden psiquiátrico no induce a los pacientes a la ingesta excesiva de bebidas espiritosas, como se suele creer.Ésas son las conclusiones de un estudio de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) que aparece publicado en la revista "Archives of General Psychiatry". Hasta ahora, diversas investigaciones epidemiológicas habían relacionado depresión y dependencia alcohólica, pero no estaba claro si un desorden conduce al otro o si existe un factor de riesgo común, ambiental o genético.

Tras llevar a cabo un estudio estadístico con más de 1,000 participantes, los investigadores descubrieron que existe una relación unidireccional entre el consumo de alcohol y el riesgo de padecer una depresión severa.A su vez, descartaron una asociación entre la existencia de una depresión y el posterior consumo abusivo de bebidas espiritosas: los científicos descartan que las personas depresivas recurran al alcohol para automedicarse.

El equipo investigador estudió las relaciones entre alcohol y depresión en 1,055 individuos nacidos en 1977 cuando éstos tenían de 17 a 18 años, de 20 a 21 y de 24 a 25 años.Entre los participantes que tenían de 17 a 18 años, un 19.4 por ciento presentaba problemas con el alcohol y un 18.2 por ciento padecía depresión severa. Cuando tenían de 20 a 21 años el 22.4 por ciento de los individuos presentaba desórdenes alcohólicos y el 18.2 por ciento depresión.En el último tramo de edad, de 24 a 25 años, el 13.6 por ciento de los individuos tenía problemas con el alcohol y el 13.8 por ciento padecía depresión.

En todas las edades estudiadas, el abuso de alcohol estaba relacionado con un incremento del riesgo de sufrir depresión severa.Los individuos con dependencia alcohólica tenían una probabilidad 1.9 veces mayor de desarrollar una depresión severa en comparación con los que no bebían. Los investigadores destacan la asociación unidireccional entre abuso del alcohol y depresión, que no existe en sentido contrario.

Los mecanismos subyacentes a la activación de esta asociación no están claros, pero los investigadores consideran que puede deberse a procesos genéticos en los que el alcohol aumenta el riesgo de padecer depresión.El equipo también apunta que la probabilidad de padecer una depresión es mayor debido al estrés que sufre una persona alcohólica, que puede tener problemas sociales, financieros e incluso legales.

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