lunes, 9 de marzo de 2009

Cuando el sexo sienta mal

Por Rocío Gaia
Especial para Escenario
09 de marzo de 2009 04:00 am

No siempre produce placer, relajación y bienestar. Muchas personas sufren dolor de cabeza antes, durante o después de las relaciones sexuales, y hay casos en que puede fomentar un cuadro depresivo.Al igual que algunos medicamentos de probada eficacia y beneficios para el cuerpo o la mente de quien los toma, el orgasmo y el acto del amor también pueden tener algunos “efectos secundarios” desagradables o molestos, y a veces perjudiciales.

Casi el uno por ciento de la población, suelen sufrir a lo largo del año, y al menos en alguna ocasión, un dolor de cabeza tanto como antes, durante o después de mantener relaciones sexuales.Este tipo de dolor de cabeza se produce más en hombres que en mujeres y puede surgir tanto en el momento anterior a la excitación como después de tener un orgasmo. Si la molestia es muy intensa hay que acudir a doctor para descartar una dolencia más severa, como una enfermedad intracraneal más grave.

Cuando se han descartado estas complicaciones, si el dolor de cabeza persiste y aparece siempre que se mantienen relaciones sexuales puede tratarse de una “cefalea sexual benigna” (CSB).Este problema, puede aliviarse o reducirse realizando algunos cambios en el estilo de vida, como practicar ejercicio físico de forma regular, bajando de peso y abandonando el alcohol y el tabaco. También existen fármacos que ayudan a mejorar la situación, si la persona no se beneficia de estas medidas.

El dolor de la CSB suele prolongarse de un minuto a tres horas, comienza como un dolor a ambos lados de la cabeza bilateral y “sordo”, que va en aumento a medida que también se incrementa la excitacion sexual. Cefalea y tristeza después del amorPor otra parte, el 45 por ciento de las personas con dolor de cabeza considera que su vida sexual es regular o mala, aunque el 13 por ciento afirma que el dolor de cabeza desaparece cuando tienen relaciones sexuales.

A algunas personas, principalmente jóvenes, el sexo no sólo les produce cefaleas, sino que incluso puede desencadenarles una depresión pasajera, debido a que durante el orgasmo, parece reducirse en ellas la actividad de una región cerebral relacionada con el miedo.El psiquiatra estadounidense Richard A. Friedman, experto en depresión y trastorno bipolar, ha descrito varios casos de este tipo, los cuales suelen presentarse con cierta frecuencia en las consultas de algunos psiquiatras y psicólogos o sexólogos.

Menciona los casos de personas en la segunda y tercera décadas de vida que, después de tener sexo, se sienten doloridas y deprimidas durante un día, que experimentan un lapso de entre cuatro y seis horas de depresión intensa e irritabilidad después de cada orgasmo, o que sienten una depresión intensa durante varias horas después de mantener relaciones sexuales.Según Friedman, no es raro experimentar algo de tristeza después del placer sexual y un dicho afirma que “todos los animales están tristes después de tener sexo”, aunque los pacientes que menciona ‘sentían un intenso malestar que duraba demasiado’.

El doctor Friedman ha encontrado una posible relación entre la depresión poscoital y la química cerebral.Recuerda que en 2005, el doctor Gert Holstege, de la Universidad de Groningen, en Holanda, utilizó una técnica de diagnóstico por imagen denominada ‘tomografía por emisión de positrones’ para escanear el cerebro de hombres y mujeres durante el orgasmo, descubriendo una disminución en la actividad de la amígdala, la parte del cerebro que interviene en el procesamiento de los estímulos que causan temor en la persona.

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