lunes, 9 de febrero de 2009

Aparato eficaz y a prueba de trampas

lunes, 9 de febrero de 2009
Leysa Caro González
Primera Hora

Para Carlos Vélez no hay excusa válida para que la Legislatura de Puerto Rico , 13 años después de su primera radicación, aún no haya aprobado legislación para viabilizar la instalación de un dispositivo en los autos de conductores convictos por manejar bajo los efectos del alcohol.

En 1995, año en que se comenzó a instalar el interconecto de ignición en Estados Unidos y territorios europeos, Vélez trajo a la Isla el dispositivo distribuido por la compañía Life Safers con la esperanza de que a través del mismo se salvarían cientos de vidas.

“El año pasado sobre 140 de las 393 muertes reportadas en las carreteras estuvieron relacionadas con el uso de alcohol, pero anualmente sobre 30 mil personas son heridas en accidentes ocasionados por conductores ebrios”, aseguró.

Han pasado los años y la “cruzada” no ha sido fácil, pero Vélez está convencido de que el mecanismo es el indicado para atajar este problema que cada día acaba con más vidas.
Aunque reconoce que “el que hizo la ley, hizo la trampa”, Vélez cree en el interconector.
“Es como los grilletes electrónicos”, dijo.

El mecanismo cuesta entre $60 y $100. Viene tanto en español como en inglés y trae consigo varias boquillas y una tarjeta que explica cada uno de los pasos y sus significados.

Además, cada cierto tiempo el conductor tiene que llevar a recalibrar la unidad y a obtener los datos de cada una de las pruebas realizadas, cuyos resultados pueden ser utilizados en procesos judiciales. Usualmente, el aparato se instala por seis meses a dos años.

El aparato igualmente contiene un mecanismo que le permitirá al conductor poner su vehículo en marcha sin tener que soplar. Esto, sin embargo, será viable sólo en momentos de emergencias que tendrán que ser justificados.

Vélez sugirió que el aparato se le “alquile” al conductor para que pueda ser reutilizado

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