martes, 27 de enero de 2009

Primero fue el coquí ahora es el sapo concho

Por Maricelis Rivera Santos
EL VOCERO
27 de enero de 2009 04:00 am

El sapo concho puertorriqueño adquirió fama internacional este mes con la publicación de un artículo en la revista National Geographic en español, que tuvo un llamado en la portada bajo el título ‘Especies en lista roja’.Ese anfibio en peligro de extinción, sale en una foto de la página 34 suministrada por el zoológico del Condado de Sedwick, en la ciudad de Wichita, Kansas, donde se reproducen para su reintroducción en el hábitat.


En un recuadro, junto a otras especies, se establece que el estimado de sapos concho que quedan en la vida silvestre es de 500 a 2000, y 400 en cautiverio.En la foto aparece con el número 2,400, en referencia a la cantidad de individuos del sapo concho que se cree existen cuando se suman los que habitan la vida silvestre y en cautiverio.En la revista no se específica que es nativo de Puerto Rico, como se promociona en un cartel educativo ‘Sapo concho es nuestro, protégelo’, desarrollado hace años para concienciar sobre la importancia de salvar la especie.La foto se utilizó para ilustrar un ensayo de Verlyn Klinkenborg sobre la Ley federal de Especies en Peligro de Extinción, aprobada en diciembre de 1973, bajo la presidencia de Richard Nixon, y los esfuerzos por lograr su aplicación.Klinkenborg hace énfasis en que el estatuto, 35 años después ha servido de custodia legal para las especies y sus hábitats.


No obstante, crítica al Servicio federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS) por lo difícil que resulta lograr añadir nuevas especies para su protección. Además, pone el dedo en la llaga por los intentos del pasado presidente George W. Bush por enmendarla.Según el autor, “la administración de Bush hizo lo posible para ponerla en riesgo, al disminuir sus fondos y politizar las evaluaciones científicas que determinan el estatus de una especie en riesgo”.Reclamó que bajo Bush, hijo, solo se incorporaron 64 especies a la lista, cifra inocua si se compara con las 235 bajo la presidencia de Bush, padre.


De hecho, las críticas parecen haber encontrado eco en la Oficina del Inspector General, Earl E. Devanet, quien conduce una investigación sobre al menos 15 casos que involucran al asistente ejecutivo del pasado Secretario de lo Interior, Julie MacDonald, sobre la decisiones de endosos a proyectos que implican usos de suelo que aparentemente afectan a especies en peligro de extinción y la reputación del FWS.El sapo concho, conocido por su nombre científico de “peltophryne lemur” o “bufo lemur”, tiene un tamaño mediano de unas 2.5 a 4.5 pulgadas. Su color puede ser marrón negruzco o amarillo olivo, según la página cibernética del FWS.La especie se distingue por unas crestas o protuberancias muy notables encima de los ojos y un hocico curveado y largo, los machos son más pequeños.


Cuando son adultos se ocultan en cavidades o en aperturas de roca caliza, se entiende que en Guánica el sapo se reproduce solamente después de períodos intensos de lluvia.El sapo concho fue designado como especie amenazada en el 1987 y se entiende que la reducción de las poblaciones se debe a la alteración de los drenajes y sus áreas de reproducción por el desarrollo residencial uso agrícola, entre otros.


Se cree que el sapo común introducido en Puerto Rico puede estar compitiendo con el concho por lugares de reproducción, alimento y hábitat.Recientemente, Frank González, de la Coalición Pro Ventanas y Punta Verraco, en Guayanilla, encontró una población de sapo concho en el lugar.El ambientalista ha exigido al USFWS y al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) que se hagan estudios sobre el impacto que podría tener la construcción de una finca de molinos de viento en ese lugar.

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