lunes, 16 de junio de 2008

Entierran incentivos para la agricultura

lunes, 16 de junio de 2008
Francisco Rodríguez-Burns / Primera Hora

Arrinconan a la industria agrícola.
A pesar de la escasez de alimentos que experimentan más de una veintena de países, el Gobierno de Puerto Rico mantiene arrinconada la vital industria agrícola reduciendo las asignaciones presupuestarias de importantes programas que subsidian las operaciones de los agricultores del país.
Ley para el desarrollo agrícola del Valle de Lajas
Ve la infográfica: 'La agricultura en Puerto Rico'


Contrario a otros países y jurisdicciones en Estados Unidos que impulsan el crecimiento de sus cosechas locales, el Gobierno también ha inclinado la balanza a favor de agricultores y distribuidores extranjeros que mercadean productos que compiten directamente con algunos de los comestibles más representativos de la industria agrícola puertorriqueña, como podrían ser las viandas y el café.


Apenas el cuarenta por ciento de todo el terreno zonificado para fines agrícolas se utiliza para la producción de alimentos debido, en gran medida, a la falta de incentivos que recibe la industria agrícola, tanto en Estados Unidos como en otros países extranjeros.
Aun con la revolución industrial que experimentó Puerto Rico, extensos terrenos agrícolas aguardan por ser cultivados.


“Si no reconocemos la importancia de proteger nuestras cosechas, pues, no estamos haciendo nada. Tenemos una isla con obvias limitaciones geográficas, pero podríamos tener una mayor presencia con algunos productos”, reconoció el designado secretario de Agricultura, Gabriel Figueroa Herrera.


Aunque Agricultura intenta impulsar varias iniciativas con miras a potenciar la tambaleante industria, incluyendo la compra de terrenos que serían destinados para fines agrícolas, el presupuesto del próximo año fiscal acortaría por más de la mitad los fondos asignados para mejoras capitales en terrenos agrícolas, de $11 millones a $4 millones. Los fondos del programa se utilizan para equiparar, hasta en un 50 por ciento, las inversiones de los agricultores.
Según el titular de la Administración de Servicios y Desarrollo Agropecuario, José Ruiz, otro programa que se utiliza para subsidiar la compra de abono, entre otros productos comúnmente utilizados por el agricultor, se reduciría de $8 millones a $5 millones.


Aunque el costo del abono ha aumentado cerca de un 200% durante los últimos meses, debido en gran medida a las alzas que han experimentado las fuentes fósiles, el Gobierno cuenta con menos dinero para asistir a los comerciantes que necesitan ese material.
“El costo de los fertilizantes está relacionado al alza del petróleo, y China y India están comprando más de la materia prima del abono, como el nitrógeno, el fósforo y el potasio. Estos tres elementos básicos han aumentado sustancialmente”, dijo Ruiz.
Exigua la producción local


Según se desprende de datos suministrados por la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), un 85% de los comestibles consumidos por puertorriqueños son importados, mientras apenas el 15% se produce localmente. Puerto Rico genera su propia leche, aunque también recibe una cantidad importada en caja, al igual que genera todos los plátanos consumidos debido a una ley que prohíbe la importación del producto, excepto en tiempos de escasez local.


No obstante, algunos conocedores de la industria alertan que la importación de una cantidad variada de productos es necesaria para proteger el bolsillo del consumidor ante otros comestibles cuyo precio podría ser mucho más elevado de ser cosechados exclusivamente para consumo local.


“Tenemos que proteger la agricultura en Puerto Rico, pero también tenemos que mirar este asunto desde el punto de vista de productividad y si los agricultores locales pueden abaratar el costo desde la fase de siembra, cosecha, empaque y distribución del producto”, indicó el presidente de MIDA, Benjamín Negrón, quien representa una industria que genera cerca de $4,600 millones anuales por la venta de alimentos “no preparados”.
Negrón sostuvo que el potenciar la industria agrícola podría suponer una tajada más sustancial de estas ventas para empresarios puertorriqueños, pero subrayó que la exclusión de productos importados posiblemente conllevaría un dramático incremento en el costo de los comestibles. El Gobierno federal mantiene la jurisdicción sobre el comercio interestatal de todos los productos agrícolas.


“El problema es que muchas de estas industrias no son competitivas a nivel global. No podemos permitir que los consumidores paguen por la ineficiencia de las empresas, independientemente de su origen”, indicó el empresario.
Planificación a medias
Un controvertible Plan de Uso de Terrenos que aseguraría la zonificación de áreas para usos privados y públicos pretende tomar en consideración la crisis mundial de escasez de alimentos, así como la necesidad de proteger terrenos agrícolas.


El alto consumo de productos en China, que experimenta una revolución industrial, ha aumentado el costo de una variedad de productos, como el arroz y el trigo. Por otro lado, el costo del maíz, por su utilización para producir etanol, también ha representado un duro golpe para los agricultores que utilizan el producto como alimento para su ganado.
“Se le está dando mucha importancia a la agricultura en el plan”, sostuvo la directora interina del Plan de Uso de Terrenos de Puerto Rico, Diana Pérez.


El Plan de Uso de Terrenos, que comenzó a prepararse de una manera accidentada en el 2004, espera estar completado en el 2010 tras tomar en consideración nuevos estudios federales de inundabilidad de terrenos y los datos de un sofisticado programa computadorizado ideado en Holanda que preveería cambios geográficos y urbanísticos, así como el análisis de un comité nombrado por el gobernador Aníbal Acevedo Vilá que estudia los efectos del calentamiento global en la Isla. “Puede ser que ahora no se requieran los suelos, pero tendremos que asegurar los terrenos para las futuras generaciones de puertorriqueños”, dijo Pérez.

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