jueves, 5 de junio de 2008

Determinan causa por muerte de su esposa

jueves, 5 de junio de 2008
Mariana Cobián
Primera Hora

El juez José Alberto Ramos Aponte, del Tribunal de Primera Instancia de Humacao, determinó causa por asesinato en primer grado y violación a la Ley de Armas contra Edwin Dávila Negrón, policía acusado por el primer caso de violencia doméstica de este año, en plena víspera del Día de Reyes.

La determinación se dio ayer, en el segundo y último día de vista preliminar luego del testimonio de tres testigos que declararon sobre los hechos ocurridos el 5 de enero pasado, cuando la esposa de Dávila, Maribel Álvarez Burgos, de 35 años, recibió dos heridas de bala en su hogar, en Naguabo.

El director de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Humacao, teniente Miguel Velázquez, estaba en una actividad familiar el 5 de enero cuando recibió la llamada de Dávila, quien era agente de la Policía, al igual que su esposa.

Relató que Dávila le pidió que lo buscara porque “metí las patas... tuve una discusión con Maribel... le metí dos tiros”.

El teniente llamó al inspector del CIC y negociaron con el hoy acusado para que se entregara en el cuartel de autopistas de Ceiba. Allí, dijo que le disparó a su esposa -con quien llevaba 15 años de casado y con quien procreó cinco hijos- porque ella le dijo una palabra soez, entregó su arma de reglamento y lo arrestaron.

Dijo que en ese momento, Dávila pidió perdón a sus hijos, a su familia y a la Policía por “el golpe mortal” que dio a la Uniformada. En eso, el padre de la infortunada y también policía, Ismael Álvarez, salió de sala llorando.

El vecino de la pareja de agentes policiacos, Manuel Concepción, testificó que estaba en su residencia cuando escuchó un disparo. A los pocos segundos, otro tiro y observó a Dávila salir de su casa.

Los niños del matrimonio gritaban por ayuda, y éste acudió al lugar. Cuando llegó a la habitación matrimonial, observó a Álvarez en la esquina del clóset, arrodillada, con un tiro en la cabeza.
Narró que la acostaron en el suelo, le aplicaron presión a la herida para tratar de parar el sangrado, cuando llegó la Policía y se hicieron cargo.

La agente Daisy Serrano reconstruyó la escena y determinó que Álvarez recibió un primer tiro en el hombro izquierdo mientras está en el clóset. Ella trató de salir arrodillada por otro lado del armario, cuando recibió el segundo disparo en la frente. Indicó que fue a corta distancia porque presentaba un tatuaje de pólvora.

La víctima, que había autorizado la donación de sus órganos, tuvo muerte cerebral y fue desconectada de las máquinas poco después.

Los abogados del acusado, Liria Irinia Lliteras, Rubén Falú y Ariz Renán Velázquez, trataron de que se le acusara por asesinato atenuado por el insulto que le propinó Álvarez a Dávila.
Los fiscales Enid Rivera Núñez y Francisco Sánchez recalcaron que no guardaba proporción la palabra soez con la “ejecución”.

La lectura de acusación se pautó para el 20 de junio y el juicio para el 6 de agosto.

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