viernes, 18 de abril de 2008

Maternidad congelada

viernes, 18 de abril de 2008
Rosa Escribano
Primera Hora

En nuestros días, cada vez es más común escuchar de mujeres que deciden postergar el momento de tener hijos para una etapa posterior a los treinta. Sabemos que entre las razones para esta modalidad figuran el interés de dedicarse a una carrera profesional o lograr una estabilidad financiera.


Ante esta realidad, no sorprende que cada vez surja más interés por conocer las alternativas de tratamiento que faciliten la concepción en caso de que se dificulte hacerlo por vías naturales una vez pasada esta edad.


Entre las opciones de reproducción asistida existe una que, si bien está en una etapa experimental, ha generado interés en diversos sectores de la población. Se trata de la que implica la congelación de óvulos con miras a tenerlos como reserva para utilizarlos años más tarde. Esta práctica no está necesariamente vinculada a que la mujer confronte infertilidad en el momento de someterse al procedimiento.


Una de las personas más conocidas respecto a este debate es la Dra. Gillian Lockwood, director médico de un centro de fertilidad en Gran Bretaña. La especialista ha hecho público su apoyo a las mujeres que acuden a su clínica con estos intereses. Sin embargo, su abierta postura ha despertado diversas reacciones de parte de la comunidad médica que se dedica a técnicas de fertilidad asistida. ¿Realmente se trata de una alternativa viable? ¿Cuáles son los riesgos de someterse a este tratamiento?

Proceso experimental

Al consultar al respecto con el Dr. Nabal J. Bracero, endocrinólogo reproductivo, la primera reacción del experto fue hacer énfasis en que “esto es una técnica que todavía está en una etapa experimental”. Incluso, añade que “de todas las terapias de criopreservación que tenemos (como la congelación de espermatozoides y de embriones, entre otras) es este tipo de proceso el que tiene unas dificultades técnicas que son difíciles de sobrellevar”.

En su carácter profesional, Bracero se cuestiona “¿cómo vas a llevar algo que todavía no se sabe si funciona a pacientes que ni siquiera tienen un problema de infertilidad?”. Según su experiencia, confiesa que “en Puerto Rico sólo me lo han pedido pacientes de cáncer”.


Además, añade que “ellas son las que nos han dejado como tal escudriñar sobre la posibilidad de hacer esto”. Algunas de las historias han resultado exitosas ya que varias han empezado a tener bebés.

Sin embargo, al día de hoy, “no hay un estudio que valide que un óvulo congelado mediante esta técnica es viable por ‘tal’ cantidad de tiempo. No lo hay”, menciona enfático el doctor. No obstante, “a través de los Estados Unidos ha habido una movida bastante agresiva en múltiples centros a ofrecer esta opción a mujeres que no tienen ningún problema de fertilidad establecido”. Pero, puesto que no existe data científica “para comparar o probar su eficacia, el centro tiene que hacerlo bajo la presunción de que vamos a esperar lo mejor”, insiste. De hecho, incluso para las pacientes de cáncer interesadas en este método, es importante ofrecerlo “dentro del marco de un proyecto de investigación”.

Cómo se hace

Bracero explica que bajo guía sonográfica se pasa una aguja hasta el ovario y se succionan los folículos, que es donde están localizados los óvulos. Esta aspiración se hace por vía transvaginal. El líquido folicular que cae en un tubo de ensayo se pasa al laboratorio de fertilización in vitro y ahí se analizan y se preparan para ser fertilizados o criopreservados. Luego de preparados, se colocan en un tanque de almacenamiento a una temperatura de -320° Fahrenheit.

En términos del costo, el también director médico del Instituto de Fertilidad Genes señala que “para el proceso de sacarlos al exterior tienes que hacer una aspiración de óvulos y eso, aproximadamente, cuesta cerca de $4 mil dólares, porque no tienes que cultivarlos (lo que implicaría un gasto mayor)”. A esto se añadiría el precio por mantenimiento anual que podría fluctuar “entre los $200 y $500 anuales”, añade.


Por otro lado, Bracero advierte que hay que tomar en cuenta diversos aspectos que van a influir en que esta técnica sea eficaz. “Hay que ver el proceso que se utilizó para congelarlo y descongelarlo y que se haya preservado el material cromosómico, el material genético”, analiza el experto. También, “el cuidado o la cautela que se haya tenido al proteger ese material cromosomal, que es lo que eventualmente le va a dar más viabilidad a esos óvulos una vez se descongelen”. A su vez, la edad de la paciente “que provee los óvulos y su condición de salud al momento de extraerlos van a ser factores significativos”.
De probarse su eficacia


Si llegara el momento en que se probara un alto grado de confiabilidad en esta técnica, entonces “estaríamos hablando de una alternativa que proveería muchos beneficios”, analiza Bracero.
Por ejemplo, en definitiva “podrías posponer el embarazo hasta el momento en que fuera más cómodo para ti”. Además, la paciente “no tendría que estar reclutando donantes porque ella misma sería su donante”.


También, resultaría menos complejo “bregar con muchos de los debates ético-morales y religiosos de la parte de congelación de embriones”. En este sentido, expone que “muchas parejas que van a hacer un tratamiento de fertilidad se sienten un poco incómodas cuando se trata de inseminar los óvulos y descartar o congelar aquellos que ya han sido fertilizados”. Con esta nueva modalidad sólo se trabajaría específicamente con cada óvulo a fertilizar “y ahí el issue de si hay o no vida pasa a un plano secundario hasta cierto punto”. Aunque “siempre estaría la controversia de que sigue habiendo manipulación de ese tejido”.


Otra de las situaciones que contribuiría a mejorar es la problemática de “cuando tú tienes una pareja que se hace el tratamiento de fertilización in vitro y los embriones se dejan congelados”. Pero luego pasa que “la pareja se separa”, añade como ejemplo. “En ese sentido, tienes un tejido en el laboratorio que pertenece a dos personas que ya no están juntas”. En cambio, “los óvulos que se congelen pertenecen exclusivamente a la mujer que los dio, y no a dos personas”.

El Dr. Nabal J. Bracero es director médico del Instituto de Fertilidad Genes. Para más detalles, llama al 787-767-2220. También, puedes acceder a la página http://www.genesfertility.com/.
Un reto para la comunidad científica


Por su parte, el Dr. José R. Cruz Díaz, ginecólogo subespecialista en infertilidad, resalta que “a diferencia de los espermatozoides y los embriones, los cuales sobreviven adecuadamente la congelación y descongelación”, el proceso de “congelación de óvulos todavía presenta un reto para la comunidad científica”. La razón para esto descansa en que “las técnicas al presente no son muy eficientes y son pocos los embarazos a nivel mundial que se han logrado con óvulos previamente congelados”. Esta realidad “hace que por ahora” esta modalidad “sea una técnica experimental aunque con mucho potencial”.


Para ser más específico, el experto aclara que el problema principal “es que el óvulo tiene una alta cantidad de agua, la cual, al congelarse, se convierte en cristales de hielo que destruyen el óvulo”. En este sentido, “una técnica prometedora es la vitrificación del óvulo, donde en vez de congelarlo disminuyendo la temperatura poco a poco, éste es congelado rápidamente”, reduciendo con esto “la probabilidad de formación de cristales de hielo que destruyan al óvulo”.
No obstante, “esperamos que en un futuro no muy lejano la técnica de vitrificación de óvulos sea una alternativa efectiva para mujeres que quieran preservar su capacidad reproductiva”. Pero al presente “sigue siendo un tratamiento experimental debido a la alta cantidad de óvulos que se necesitan congelar para poder lograr un embarazo, lo cual no lo hace muy eficiente”.


Por otro lado, el doctor aclara que “la probabilidad de complicaciones serias” para pacientes que se sometan a este tratamiento ”es baja”. Según detalla, el tratamiento consiste “en primero madurar múltiples óvulos en los ovarios utilizando medicamentos (drogas fertilizantes) durante un periodo aproximado de 10 días”. Bajo anestesia, éstos “son aspirados utilizando una aguja a través de la vagina y guiado por sonografía”. Sin embargo, las drogas fertilizantes “deben ser utilizadas y monitoreadas de cerca por un médico especialista en infertilidad, ya que potencialmente podrían causar complicaciones serias como la hiperestimulación de ovarios”.
Para concluir, Cruz enfatiza que “mientras no tengamos un sistema efectivo y eficiente para la congelación de óvulos, lo ideal es tratar de lograr un embarazo antes de los 30 a 35 años de edad”.


El Dr. José R. Cruz Díaz es ginecólogo sub-especialista en infertilidad en la Clínica de Fertilidad HIMA-San Pablo Caguas. Para citas, puedes llamar al 787-704-3434 ext. 3575. También puedes acceder al portal http://www.infertilidadpr.com/.

Varias las Interrogantes
A su vez, el Dr. René Fernández Pelegrina, subespecialista en infertilidad, coincide con los doctores entrevistados en que, si bien “esto es un servicio que puede representar una ayuda a ciertas personas”, hay que recordar que “todavía es algo experimental”.

El experto añade que “lo que he visto es que hay quienes quieren comercializar (el método) porque hay mucho dinero envuelto”. En este sentido, “estamos hablando del doctor que extrae los óvulos, del laboratorio donde se guardan, del mantenimiento”, enumera a modo de ejemplo. Sin embargo, la realidad es que “nadie tiene idea de lo que puede ser un óvulo de aquí a diez años”.

Por otro lado, Fernández Pelegrina hace énfasis en que esta modalidad “genera un tipo de problema ético y moral en el sentido de que si la persona muere o ya no quiere los óvulos, ¿qué se hace con esos huevitos?”, cuestiona el experto. Incluso, añade interrogantes como “¿y si hay un evento catastrófico como un terremoto o un huracán (donde se pierdan)? ¿O si la persona no paga? Porque hay que recordar que el mantenimiento es un contrato”, expone. Por lo tanto, “¿qué hace la institución ante esta situación? ¿Los descarta?”.

Además, todavía “no se sabe la calidad de los óvulos una vez se descongelen y luego se inseminen”, aclara el experto, quien cuenta con 20 años de experiencia en procedimientos de infertilidad. Entre “las incógnitas pendientes” se incluyen “si va a descongelar bien, si va a fertilizar, si va a producir un embrión saludable, y si el bebé saldrá saludable”, enumera el doctor.

Para quienes todavía se muestren interesadas en someterse a esta técnica, el doctor, quien aclara que no lleva a cabo esta práctica, recomienda “que hagan las investigaciones pertinentes y procuren centros acreditados que tengan la mayor experiencia”.

El Dr. René Fernández Pelegrina es subespecialista en infertilidad y dirige el Centro de Fertilidad del Caribe. Para más información, llama al 787-763-2773 o accede a la página http://www.fertilidadenpr.com/.

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