lunes, 28 de abril de 2008

Agua de beber

lunes, 28 de abril de 2008
Adela Dávila Estelritz
Primera Hora

Cuando una comunidad cuenta sólo con un cuerpo de agua para todos sus abastos, allí mismo tiene que lavar ropa, bañarse y, luego, usar ese mismo líquido para cocinar y beber. (AP)

“Agua, agua por doquier, pero ni una gota para beber”. Así reza la “Rima del antiguo marinero”, de Samuel Taylor Coleridge. Pero, lo que para unos es literatura, para otros es una cruda y triste realidad. Pues, mientras nosotros abrimos, la nevera y allí la tenemos, caminamos hasta la fuente del pasillo y nos topamos con ella, entramos al baño y sin el menor esfuerzo, la tenemos a nuestro alcance, el agua limpia y fresca es el derecho de todos, pero el privilegio de muy pocos.

El agua es un elemento tan indispensable para la supervivencia como el aire que respiramos. Pero, tristemente, a través de todo el orbe, innumerables personas apenas sobreviven debido a la escasez de este preciado líquido o a la contaminación de las pobres reservas con que cuentan. Más aún, son millones los que cada año mueren por causa de las enfermedades que contraen al ingerir aguas contaminadas.

Y si pensabas que el problema del manejo de los abastos de agua del planeta es un asunto exclusivo de países tercermundistas o de sociedades primitivas... piensa otra vez. Éste es un asunto crítico que, más tarde o más temprano, nos va a afectar a todos porque cada vez escasea más el agua. Tanto así que, de acuerdo con el libro “Water Wars”, de la escritora Diane Raines Ward, en un futuro no muy lejano, el agua será más cotizada que el petróleo y por ella seremos capaces hasta de irnos a la guerra.

O sea, que el asunto del agua potable es algo que nos toca a todos, y el momento de actuar es ahora.

Puerto Rico se compromete
Aunque, al presente, en nuestro país la escasez de agua limpia no es un problema grave, existe la posibilidad de que eventualmente se convierta en una situación delicada. De acuerdo con Ingrid Padilla, profesora asociada del Depto. de Ingeniería Civil de Puerto Rico, y experta en hidrología, “definitivamente, en Puerto Rico tenemos nuestros problemas de calidad, cantidad y manejo de agua”. Y, aunque aclaró que nuestra situación no es la misma que en África, por ejemplo -“porque nosotros tenemos problemas, pero ellos (en África) lo que tienen es una crisis”-, no podemos ignorar el hecho de que, en la Isla, en pleno siglo XXI, hay comunidades que tienen que extraer sus propios recursos de agua. A pesar de esto, “nosotros tenemos unas leyes -como la de la Ley de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés)- que se tienen que cumplir” y que, por ende, hacen que nuestra población esté más segura que otras en otros países.

Pero, la situación en muchos países, entre ellos, muchas naciones africanas, no es la misma. “Ellos (los africanos) no tienen los mismos recursos que nosotros”, expresó Padilla.

Por ello, a la hidróloga le pareció apropiado, pertinente “y admirable” que un grupo de estudiantes del colegio St. John’s, en San Juan, desarrollara el proyecto H2O. Este nombre, además de ser el símbolo químico para el agua, por su pronunciación en inglés permite llamar al esfuerzo Help to Others (Ayuda para otros). El mismo persigue socorrer a una empobrecida comunidad masai, en Kenia, África, ubicada dentro de la reserva nacional de Masai Mara.

Se mueren de sed
Las personas que viven en el antes mencionado entorno keniano, con frecuencia arriesgan sus vidas por el mero hecho de tomar agua de sus lagunas y ríos. Y no es para menos, ya que en esos mismos cuerpos de agua sacian su sed, hacen sus necesidades, se procrean y mueren las bestias salvajes del área y el ganado de las tribus de la localidad.

Por ello, no es de extrañar que más de la mitad de la población de Kenia padezca de enfermedades producidas por las bacterias y parásitos que se encuentran en sus abastos de agua. Estos recursos, dicho sea de paso, son muy pobres también debido a la alta incidencia de deforestación en este país africano.

Es por esta razón que el grupo de estudiantes puertorriqueños compuesto por Cecilia Graña Rosa, Nicole Ray, Carlos Nevárez, Hannah Carrady y Michael Carrady, y Stepahnie Vilella -todos estudiantes de noveno grado de St. John’s- tiene la intención de donarles a los residentes de la comunidad masai unos útiles sorbetos purificadores de agua llamados LifeStraw. Con esto, según expresara Carlos Nevárez, “queremos salvar muchas vidas”. Vidas que, de otro modo, podrían sucumbir debido a disentería, gastroenteritis, amebiasis y fiebre tifoidea, entre otras enfermades, todas adquiridas por el mero hecho de tomar y cocinar con agua contaminada.
Se necesita apoyo

Los sorbetos LifeStraw son portátiles y livianos, y cada uno tiene la capacidad de filtrar hasta 185 galones de agua. Se estima que esta cantidad de líquido sería suficiente para una persona durante todo un año. El uso de LifeStraw les garantiza a las personas la posibilidad de convertir agua sucia en agua purificada con sólo colocar el filtro en el líquido y sorber por el otro extremo.
Como es natural, este sorbeto salvavidas no es barato. Su precio es de $5 por unidad y, para empezar, se necesitan al menos 5,000.

Para llevar a cabo la titánica tarea de recaudar los fondos suficientes para adquirir dichos sorbetos, estos emprendedores jovencitos -entre las edades de 14 a 16 años- no están solos. Ellos cuentan con el apoyo de su maestra, Amelia O’Neill. Al esfuerzo, también se ha unido un grupo de padres y madres, entre quienes se encuentran Nilsa Santiago, Nannette Rosa, Lourdes Nevárez, Mercedes Carrady y Debbie Alonso.

Pero, el apoyo de sus allegados no es suficiente. Sobre todo, cuando se trata de llevar un cargamento de sorbetos hasta Kenia y entregárselos a las comunidades necesitadas. Para ello, se hace indispensable la colaboración pueblo puertorriqueño, que siempre coopera con quien sea y donde sea.

Por supuesto, también se necesita el respaldo de empresas públicas y privadas que puedan donar, además de fondos para adquirir los sorbetos, pasajes para que el grupo pueda hacer el viaje para entregarlos. Esta misión humanitaria -que tendrá lugar este próximo mes de junio- será captada para la posteridad por el lente del reconocido cinematógrafo puertorriqueño Milton Graña y convertida en un documental que se difundirá tanto a nivel nacional como internacional, antes de que termine el 2008.

¿Por qué debe importarnos?
Para Nicole Ray es “un honor” poder ayudar a gente necesitada, que nunca ha conocido y que vive al otro lado del mundo. Pero, ¿por qué irse tan lejos? ¿No hay gente necesitada aquí mismo, en Puerto Rico? Por su parte, Cecilia Graña Rosa expresó que el LifeStraw Project es sólo el principio. “Ahora estamos ayudando a esta gente en África, pero el año que viene podría ser una comunidad en Puerto Rico, en Santo Domingo o en Rusia”.

Y por un lado hay que empezar, insisten estos chicos. De hecho, una experiencia que nutrió el proyecto fue el viaje que Hannah Carrady hiciera a África, donde vio “lo que la gente allí pasaba para beber agua y sobrevivir. Cuando empezó el proyecto, se lo conté a mis compañeros y todos dijimos: ‘Tenemos que hacer algo’”.

Y ese algo fue empezar por asegurarle a esta humilde comunidad keniana el privilegio esencial y básico de poder contar con agua limpia para sobrevivir.

Si quieres ayudar
El grupo de H2O LifeStraw Project estará visitando varios comercios con sus alcancías para recaudar fondos. Si quieres cooperar, puedes llamar a Ray Engineers, al 787-725-5252 o a Richart Chocolat, al 787-724-4228. También puedes escribir a lifestraw@hotmail.com o visitar el perfil de LifeStraw Project en Facebook.

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