miércoles, 17 de octubre de 2012

La inclusión educativa es un deber

Por Ivis Negrón Pérez / ivis.negron@gfrmedia.com
Otorgar una educación inclusiva a los niños con impedimentos es un asunto de derechos humanos reconocido internacionalmente que en Puerto Rico pocos creadores de política pública y ciudadanos en general conocen, pero que urge atender, alertaron expertas. La inclusión de calidad, gratuita y en igualdad de condiciones que el resto de la comunidad fue parte de una declaración contundente que hace seis años firmaron 154 de los países que componen la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el propósito de reafirmar los derechos y la participación de las personas con limitaciones físicas o mentales en todas las instancias sociales. En su primer tratado del Siglo XXI, la ONU estableció que toda la planificación de los servicios ciudadanos que ofrezcan los estados debe incluir a las personas con impedimentos. En el caso de la educación, esa inclusión debe existir a todos los niveles y a lo largo de toda la vida. En concreto, se trata de no segregar en escuelas o salones especiales a niños con impedimentos múltiples, sino insertarlos en la llamada corriente regular ofreciéndoles el apoyo técnico para atender sus necesidades, explicó Celia Galán, directora ejecutiva de la organización APNI (Apoyo a Padres de Niños con Impedimentos). “No tenemos sociedades exclusivas o segregadas donde los niños con impedimentos vayan a iglesias diferentes o supermercados diferentes a los que vamos todos, ¿por qué tienen que ir a escuelas segregadas?”, cuestionó la portavoz de APNI. Aunque ni la ley federal de Educación Especial ni la estatal utilizan la palabra inclusión, plantean que el niño con impedimento debe estar lo más cerca posible de la alternativa regular, indicó Galán. En un sistema educativo que ha impuesto todo tipo de tropiezos para reconocer los derechos educativos de los niños con impedimentos y no ha resuelto el pleito de clase de Rosa Lydia Vélez luego de 32 años, es difícil añadir otro reto, pero es necesario, sostuvo la directora del Instituto de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos de la Universidad del Sagrado Corazón, Lina Torres. La profesional, madre de un joven estudiante con impedimentos múltiples, precisó la importancia de desarrollar un proyecto de país para sensibilizar a todos sobre el significado de la discapacidad. En ese proyecto de sensibilización, el sistema educativo tiene que asumir un papel fundamental, desarrollando una filosofía educativa que nazca del respeto a los derechos humanos, opinó Torres. “Dentro del proceso de inclusión, hay que preparar a toda una comunidad. Tienes que impactar a todos, desde el más chiquito hasta el de más jerarquía”, dijo, por su parte, Galán acerca de la importancia de crear un equipo entre familia, facultad y comunidad en general. Eso supone también eliminar etiquetas y prejuicios que se arrastran por generaciones. En su batalla por los derechos de su hijo Manuel, Torres ha logrado ciertos avances para su integración. Él asiste a una escuela de corriente regular y, pese a que está en un salón de educación especial, participa de actividades deportivas y clases de teatro junto al resto de sus compañeros. Debido a sus múltiples condiciones, Manuel no participa activamente pero se beneficia de su relación social con los demás. Y ellos desarrollan su sensibilidad y aprenden a respetar los derechos de Manuel. “Para mí, los y las estudiantes de la corriente regular son mucho más inclusivos que el personal. Nosotros, las personas adultas, somos los que sembramos en ellos todas esas nociones de prejuicio y segregación”, expresó, al insistir en que es imperativo educar a los políticos sobre el respeto y promoción de la diversidad. Algunas escuelas locales comienzan a hacer unos esfuerzos de integración. En países de Europa la inclusión es parte de su política pública, dijo Torres. El activismo de organizaciones y de familias, como el pleito de clase de educación especial son pasos importantes hacia la inclusión, manifestó. “La inclusión no es únicamente para los niños con impedimentos son para todos los niños, porque todos tenemos estilos de aprendizaje distintos y todos nos beneficiamos de la inclusión”, declaró Galán.

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