martes, 8 de noviembre de 2011

Rescatista relata odisea para salvar a confinados


“Auxilio, sáquenme de aquí que me estoy ahogando”, fueron los últimos gritos que hizo un grupo de confinados que quedaron atrapados en un vehículo del Departamento de Corrección cuando fue arrastrado por una crecida de un río en el sector Córdova, en la carretera 628.


EL VOCERO / Luis Alberto López
Uno de los rescatistas que colaboró en el rescate de los dos sumariados que lograron sobrevivir, Héctor Serrano, denunció por medio de las ondas radiales que los guardias correccionales no quisieron darle las llaves para liberar a los confinados.

Una vez el vehículo queda atrapado, Serrano y otros ciudadanos que ayudaban le solicitaron las llaves para liberar a los confinados que estaban encadenados de manos, pies y cintura.

“Le dije que me diera la llave y me dijo que no, que se escapaban, dijo que no, que él lo hacía”, dijo Serrano.

Mencionó que el guardia correccional le indicó que él lo haría, pero se puso tan nervioso que se le cayeron las llaves en la corriente.

Dos reos fueron sacados por la capota, pero aún así hubo renuencia de los oficiales en soltarle las esposas para que pudieran bajarse de la capota y asegurar sus vidas.

“Si me hubiesen dado las llaves lo demás hubiesen sobrevivido”, añadió Serrano, tras describir que los confinados que perecieron terminaron con los puños, codos y cabeza ensangrentadas al infructuosamente intentar romper las rejas o el cristal de la guagua.

Serrrano mencionó que el lugar casi siempre se inunda, por lo que jamás debieron haber pasado por el atrecho. Además, alegó que antes de pasar por el área se le advirtió que la corriente estaba crecida.

El secretario de Corrección, Jesús González Cruz, informó que la agencia lleva a cabo una investigación administrativa para determinar si hubo negligencia crasa, paralela a la investigación que conduce la Policía.

“Es una tragedia para nuestra agencia. Seguiremos investigando”, precisó González Cruz.

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