martes, 26 de julio de 2011

Desaparecen Las Gladiolas, ejemplo de ingeniería social fallida

Por Maricarmen Rivera Sánchez,


Las Gladiolas, uno de los residenciales más grandes del área metropolitana, y cuya historia está enmarcada por la violencia de la década de los 90 y más reciente por la negativa de residentes a abandonar las deterioradas estructuras, quedó reducida a cenizas el lunes.


Poco después de las 10 de la mañana, las 3,000 libras de dinamita hicieron su efecto mientras un grupo de residentes observaban la implosión desde la azotea del Registro Demográfico.

La batalla de residentes por permanecer en el lugar duró hasta el año pasado cuando el Primer Circuito de Apelaciones de Boston determinó que debían abandonar los edificios que ya no estaban en condiciones habitables.

El secretario de la Vivienda, Miguel Hernández Vivoni reiteró que hay un acuerdo legal con estos residentes para que, una vez se construya el nuevo edificio de vivienda pública, puedan regresar unas 125 familias.

Estas torres, ubicadas a una cuadra de la Milla de Oro, tenían 676 unidades de vivienda. Aunque el actual superintendente, Emilio Díaz Colón, dijo que desde hace años en el lugar no hay problemas de violencia, el ex superintendente Pedro Toledo recordó que fueron varias las intervenciones que realizaron bajo el proyecto de ‘Mano dura’ de la administración de Pedro Rosselló.

“Eran muchos edificios en un área pequeña y eso causaba problemas. Igual que en otras áreas que existen, estaban encapsulados y no estaban utilizando esos edificios para lo que fueron diseñados”, dijo Toledo. “Con edificios más separados hay más espacio, pero estos edificios estaban todos uno al lado del otro y había un problema tremendo”.

En los pisos donde se colocó la dinamita, había una tela negra para evitar que salieran proyectiles. La gasolinera ubicada al cruzar la calle estaba desierta y –según se informó– también estaba protegida para evitar complicaciones con la privación que provocó la explosión. En horas de la mañana, cientos de personas y decenas de mascotas fueron desalojadas de las áreas aledañas para que no se afectaran con la implosión.

Hernández Vivoni dijo que el terreno debe estar limpio de escombros para abril y que desde esa fecha tomará entre 18 y 24 meses la construcción de la nueva vivienda pública.

Mirta Colón, líder comunitaria de Las Gladiolas, dijo que le dan “90% de confianza” al Secretario en su promesa de que las familias regresarán al área una vez haya edificios nuevos.

“Si bien no logramos prevalecer en el Tribunal, sí logramos estos acuerdos. Si no hubiera sido así, si hubieran logrado sacarnos sin dar la lucha, no hubiéramos tenido la oportunidad de regresar a nuestro entorno”, expresó Colón.

Un nuevo modelo

Hernández Vivoni aseguró que en el área se construirá un nuevo complejo de vivienda que constará de 220 unidades de familia, y que tendrán entre una a tres habitaciones. 120 del total serán habitadas por los antiguos residentes del lugar.

Las 100 unidades restantes serán ocupadas por solicitantes en lista de espera. La estructura contará con un centro comunal, áreas verdes y recreativas. Las viviendas estarán equipadas con sistema de alarma de detección de incendio. El nuevo complejo tendrá un costo de $30 millones.

El ex presidente de la Asociación de Constructores, Rafael Rojo, dijo que este modelo debe tener más éxito que el modelo derrumbado.

“Hoy día, estos modelos de vivienda como Las Gladiolas, son modelos que su momento ya pasó. Eran un poco rígidos, espacios confinados, creo que el puertorriqueño es una persona que le gusta la vivienda unifamiliar”, dijo Rojo. “Tiene que haber un balance entre lo que es la altura, la cercanía a los centros urbanos y el gobierno tiene que tratar de buscar ese balance”.

Hernández Vivoni dejó saber que el gobierno tiene en agenda cerca de cinco residenciales adicionales que serán demolidos.

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