miércoles, 26 de enero de 2011

A transformar la mente del agresor

26 Enero 2011

A transformar la mente del agresor
Tratar a quien agrede puede reducir la violencia doméstica



“Si no le damos el servicio, esta persona va a volver a estar con la víctima o va a buscar una nueva víctima”, Gloria Molina (Thinkstock)Por Ramaris Albert / ramaris.albert@elnuevodia.com

La violencia doméstica sólo podrá erradicarse cuando el agresor sea reeducado para modificar su conducta. Esa transformación que evitará que haya más parejas y niños maltratados en el futuro se da cuando quien agrede reconoce su problema y está dispuesto a aprender a relacionarse sin violencia, señalaron varios coordinadores de programas que trabajan con agresores.

“Partimos de la premisa de que, cuando uno toma una decisión de cambio personal por uno mismo y no por factores externos, debe esperarse que haya mayor posibilidad de cambio”, manifestó Jeanette Dorta, socia del Colectivo Ideologías y Vivencias de los Géneros.

Sin disposición, no puede haber un cambio real. Por tal razón, el Colectivo y el Programa de Apoyo Familiar a Niños y Adultos (Afana) dan talleres gratuitos de resocialización a quienes han gritado, golpeado o abusado de su pareja y desean enmendarse.

Mientras que el agresor que es condenado por violar la Ley 54 de Violencia Doméstica tiene que asistir a programas de desvío para evitar dañar su récord criminal, quien desea reeducarse voluntariamente sin haber llegado al tribunal sólo cuenta en la Isla con los programas de Afana y del Colectivo.

“Los agresores han sido una población invisible ante los profesionales de la ayuda; tienen que ser condenados para recibir tratamiento. Hay que trabajar con los agresores, porque ellos son la otra cara de la moneda”, aseguró Gloria Molina, coordinadora de Afana.

Participar en talleres voluntarios no siempre surge de forma espontánea. En ocasiones, el agresor lo que busca es contentar a la pareja, quien ha sido abusada antes y advierte que lo dejará si no busca tratamiento.

Según Antonio Fernández, organizador de Afana, el hombre suele matricularse durante la reconciliación, una de las etapas del ciclo de violencia doméstica. Antes o después, puede haber periodos de acumulación de tensión y un episodio violento importante, que se volverá rutinario mientras el agresor empeore. Este tipo de encuentros violentos dejó en 2010 a 18 mujeres y dos hombres asesinados, y otro par de mujeres muertas en lo que va de año.

Romper el ciclo de la violencia doméstica es posible con la creación de más talleres de resocialización masculina en la Isla y campañas de orientación enfocadas en el agresor, dijeron los entrevistados.

Los talleres permiten que reconozca y comprenda que la violencia doméstica es un problema y no un “problemita” -como el agresor tiende a llamarle para minimizarlo- y sepa cómo cultivar relaciones saludables y equitativas, afirmó María Victoria Ruiz, directora del Programa de Violencia Doméstica de la Universidad Carlos Albizu.

“Las campañas de publicidad deben centrarse más en el hombre, porque las campañas que van hacia ellas están bien, pero se han olvidado del hombre”, abogó la también psicóloga clínica.

La Asociación de Psicología de Puerto Rico y la Procuraduría de la Mujer han respaldado la implantación de cursos de perspectiva de género por entender que sirven para que los varones aprendan desde edad temprana a relacionarse con las chicas en un plano de igualdad. El Departamento de Educación excluyó este tipo de clases del currículo de enseñanza pública en enero de 2009.

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