lunes, 24 de enero de 2011

El vicio con receta

24 Enero 2011

El vicio con receta
Aseguran que va en alzada en Puerto Rico la adicción a medicamentos controlados


Por Gloria Ruiz Kuilan / gruiz@elnuevodia.com

Según un grupo de expertos en el tema, la adicción a medicinas controladas (que se despachan en una farmacia sólo con la receta de un médico) es una tendencia que va en aumento en Puerto Rico y que se acrecienta dado que la gente tiende a autorrecetarse, factor que incide en la adicción.

En esto concordaron el asesor en el área de tratamiento de Assmca, Víctor Torraño, el sociólogo Manuel Febres y el siquiatra Víctor Lladó.

“Son muchas las variables que hacen que alguien tome medicamentos recetados sin necesitarlo y por abuso. Puede haber diez personas y cada una con una razón distinta. No hay una sola razón”, explicó Torraño.

Sin embargo, hay un escenario social que viabiliza que sea un problema alarmante y un alza en la adicción a medicamentos controlados. Aunque se trata de medicamentos con un potencial altamente adictivo, Lladó aclaró que no se puede responsabilizar a los fármacos por la dependencia. Dijo que en Puerto Rico el gran problema es que la gente busca ir por encima de la receta del médico.

“Muchas veces el paciente empieza a tomarse dos o tres medicamentos en exceso porque no ha resuelto el problema (que motivó la receta)”, agregó Lladó, especialista en problemas de adicción.

Otras razones que propenden a la adicción de medicamentos controlados se cimientan en diagnósticos equivocados, intolerancia al dolor cada vez mayor, problemas sociales como la criminalidad y la violencia en sus múltiples expresiones (doméstica, familiar) y deficiencias en los servicios de salud mental a la ciudadanía, recordando que muchos de los medicamentos controlados se usan para tratar problemas siquiátricos.

“Se sabe por estudios de la doctora Gloria Canino que en general los latinos, y en particular el puertorriqueño, tienen el mayor índice de tendencia sociosomática, que canaliza mucho la tensión y los problemas por el sistema físico. Se usa mucho el sistema físico para expresar problemas emocionales”, explicó Lladó.

Además, dijo que la gente -en términos generales- “prefiere pensar que tiene algo físico y no emocional por el estigma que hay” con las condiciones de salud mental.

Igual, hay quienes echan mano a las pastillas para enajenarse o desconectarse de la realidad, sobre todo en una sociedad como la actual tan conflictiva y en donde se idealiza el tener aunque a base del menor esfuerzo, puntualizó el sociólogo Febres.

“Nuestra realidad es una que invita a escapar de nuestra problemática de dependencia, de inseguridad de empleo, de que el dinero no nos da porque somos consumistas”, dijo Febres. “Una sociedad en la que el placer es algo que lo han estipulado como alcanzable y podemos olvidarnos del dolor. Eso es imposible. Esta cultura se enamora de lo imposible. ¿Cómo resuelvo la ansiedad? Me meto una pepa”, dijo el sociólogo.

En el bajo mundo

Para el director de la División de Control de Drogas y Narcóticos de Assmca, Denis Cintrón Hernández, la adicción a medicamentos controlados no discrimina edad, sexo o clase social. Son drogas que también pueden ser abusadas por adictos a sustancias controladas ilegales que buscan satisfacer su vicio.

La Percocet y la Xanax son dos de estos medicamentos controlados que ya campean por su respeto en el bajo mundo, sobre todo en los usuarios de drogas.

“La tendencia que estamos viendo es que ahora en los puntos de drogas, además de la cocaína y el crack, hay puntos específicos para Percocet y Xanax. Eso nos indica que el mercado está creciendo. Otra información que nos llega es que muchas personas que cometen crímenes consumen esto antes. Están arrebata’os”, dijo por su parte John Canig, supervisor de la Unidad Táctica del Área Criminal del Desvío de Medicamentos de la DEA.

Pero, ojo, otros que pueden recurrir a esta adicción son los criminales, según alertó Luis Fraticelli, director del Negociado Federal de Investigaciones, tras un reciente operativo que desmanteló una banda que vendía Percocet.

“En entrevistas que hemos hecho, en otras situaciones donde individuos disparan al azar a grupos de personas, luego de las entrevistas se ha determinado que muchos de esos gatilleros estaban bajo la influencia de Percocet”, dijo.

En la mira la Percocet

La pastilla se vende en el bajo mundo entre $7 a $12 dependiendo de los miligramos y el lugar donde se venda (es más cara en la Isla donde puede ser menos accesible). Una Percocet es vendida en una farmacia -sin que la costee un plan médico- en $1, precisó la directora ejecutiva de la Asociación de Farmacias de la Comunidad, María Isabel Vicente. Recalcó que todo farmacéutico debe cotejar la veracidad de una receta de medicamento controlado y puede negarse a despacharla si sospecha de posible ilegalidad.

“Si la vendes en $7 en un punto, la ganancia es de 700% en una pastilla. Tu margen de ganancia es gigantesco versus tu riesgo de inversión, porque para vender cocaína u otra droga te tienes que asociar con personas del extranjero, lo que envuelve unos costos y unos riesgos”, dijo Canig de la DEA, agencia que junto a Assmca monitorea el manejo de los medicamentos controlados desde su manufactura hasta que es despachado por un farmacéutico.

Pero, según los entrevistados, se ha facilitado la manera de adquirir estos medicamentos. Se consiguen por internet a través de una persona que divida su receta y venda una porción, con médicos que venden la receta por entre $20 a $60 por entre 60 a 90 pastillas, o gangas que con la ayuda de profesionales tienen acceso a estos medicamentos, precisó Silvia Colón, supervisora de la Unidad Regulatoria de Desvío de Fármacos de la DEA.

Añadió que tanto distribuirla como poseerla conlleva penalidades estatales y federales que implican cárcel y multas.

Faltan estadísticas

Aunque es un problema real en Puerto Rico, Torraño advirtió que no hay estadísticas o estudios sobre este particular. Dijo que lo único que existe es un estudio del 2002 sobre la adicción en Puerto Rico que revela que 31,337 personas en la Isla usaron opioides sin razones médicas que lo justificaran. La cifra llega a 71,883 si se trata de personas que usaron medicamentos controlados en general. “Aquí dependemos de lo que recibimos de las estadísticas de Estados Unidos y básicamente se hace una extrapolación, pero no se estudian aquí con la misma magnitud”, dijo Torraño.

El también siquiatra y especialista en problemas de adicción, Víctor Lladó dijo que la información que se tiene disponible sobre este tema es anecdótica y proviene de diferentes fuentes como la Administración de Drogas y Alimentos, Assmca, operativos policiales, hospitales y pacientes que acuden a desintoxicarse. “Se estima que es un problema similar a otras jurisdicciones de Estados Unidos”, dijo.

En Estados Unidos, aproximadamente 48 millones de personas de 12 años en adelante (lo que representa un 20% de la población) ha usado drogas que requieren prescripción médica sin ninguna razón de salud que lo amerite, indican informes del Instituto Nacional de Abuso de Drogas.

Torraño detalló que los medicamentos controlados más abusados en Puerto Rico son aquellos que son derivados de los opioides, utilizados médicamente para tratar el dolor severo, y las benzodiacepinas usadas para tratar la ansiedad, el estrés agudo, el insomnio y los ataques de pánico. Ambas categorías de medicamentos recetados son depresores del sistema nervioso, explicó Torraño.

“Estas medicinas causan la sensación de que te estás yendo del mundo, tus percepciones son distintas”, dijo.

En la categoría de los opioides caen Percocet, Demerol, Morfina, Codeína, Vicodin y Oxycontin, entre otros fármacos. Entre las benzodiacepinas figuran Xanax, Valium, Ativan, ProSom y Restoril.

Otros medicamentos abusados, indicó Torraño, son los barbitúricos -utilizados para tratar la epilepsia- y los estimulantes, que aumentan la agudeza mental y la energía. Las medicinas que son estimulantes (Adderall, Ritalín, Concerta) recetados para combatir el déficit de atención y la narcolepsia también son abusadas. Torraño agregó que otros medicamentos que no caen en estos grupos, son de reciente creación para combatir el insomnio y de los que ya se abusa son Ambien, Sonata y Lunesta.

El siquiatra Lladó explicó que el abuso de estos medicamentos puede ser letal. “(Los opioides) pueden causar un arresto respiratorio y los acelerantes un ataque cardiaco”, sostuvo.

Salir de la adicción es posible, pero en la mayoría de los casos requiere identificar el problema, algo sumamente difícil en una sociedad que tiende a estigmatizar los problemas emocionales y mentales.

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