sábado, 9 de octubre de 2010

La corrupción en la Policía es sistemática según Fraticelli

09 Octubre 2010

La corrupción en la Policía es sistemática según Fraticelli
El jefe del FBI, Luis Fraticelli, habla del problema con cierto pesimismo, pues reconoce que el problema no termina aquí

El jefe del FBI en Puerto Rico, Luis Fraticelli, está consciente de que la corrupción policiaca no es un problema nuevo. (El Nuevo Día / Ramón “Tonito” Zayas)Por Limarys Suárez Torres / lsuarez1@elnuevodia.com

El problema de la corrupción dentro de la Policía de Puerto Rico parece que no tiene fin. A pesar del mega operativo histórico de esta semana por el Negociado Federal de Investigaciones (FBI) que resultó en cerca de un centenar de uniformados arrestados por ayudar al narcotráfico la ciudadanía mantiene la impresión de que aún quedan más manzanas podridas.

Ayer, el jefe del FBI en Puerto Rico, Luis Fraticelli, se sentó con El Nuevo Día y dialogó sobre este grave mal.


Uno ve operativos como el de esta semana y se queda con la impresión de que sólo se raspó la punta del témpano. ¿Hay muchos más corruptos en la Policía?

En este caso en particular, en el último año el FBI estaba promediando de seis a ocho policías nuevos cada mes. Si tú analizas los cuarteles y precintos que impactamos, la gran mayoría está en el área norte con algunos casos aislados como Vieques y en el área oeste. Una persona con su sentido común podría interpretar que debe haber corrupción en otros lugares de Puerto Rico. Creo que la corrupción en la Policía es sistemática y si aplicamos más recursos es posible que uno descubra otros casos de corrupción, no sólo en la Policía de Puerto Rico, sino en las municipales.


Según su experiencia de muchos años y en muchas jurisdicciones del FBI, ¿es la Policía de Puerto Rico más corrupta que la generalidad de las otras cosas que conoce?

Cada dos o tres años en Puerto Rico hay un caso importante de corrupción policiaca y esto no empezó ayer. La corrupción policiaca empezó, según mi recuerdo de joven, con la ganga de Alejo Maldonado. Por ende, este problema lleva ya casi 35 años y no hemos encontrado la manera de parar ese mal.

¿Han referido a la Policía o a las agencias estatales los casos de agentes contra los que a lo mejor no encontraron prueba suficiente para acusarlos, pero que los vieron en movidas nebulosas?

Esta investigación ha desarrollado muchísima información, otra información de índole criminal, otra información de asuntos que no son criminales pero que uno dice: ¿por qué esa persona está haciendo eso? Nosotros estamos en el proceso de analizar esa inteligencia que tenemos. No sé cuántas de las personas arrestadas estén dispuestas a hablar con nosotros y a cooperar. Estamos esperanzados de que eso ocurra para entonces así agregar eso al banco de información que tenemos.


Habló en muy buenos términos de José Figueroa Sancha, pero, más allá de él, en los demás componentes del liderato alto e intermedio de la Policía, ¿ve voluntad para manejar este problema?

No tengo información empírica para sostener lo que voy a decir, pero no me cabe la menor duda de que había otros policías, ya sean supervisores de estos agentes que arrestamos, que tenían que haber escuchado algo o haber visto algo de que estos policías estaban haciendo algo equivocado o ilegal.


¿Le parece que las autoridades de Puerto Rico tienen la capacidad, la voluntad y los recursos para enfrentar este problema?

No sería justo comparar al FBI con la Policía de Puerto Rico. Hablando de recursos, nosotros tenemos muchos más que ellos, nuestro presupuesto es altísimo, y como ejemplo, desde el momento en que una persona solicita empleo para ser agente del FBI, hasta el momento en que a esa persona se le ofrezca empleo y llegue a la academia, ya el FBI gastó $100,000 en esa persona. Todo eso incluye la investigación de antecedentes, los polígrafos, los exámenes. Una vez está en la academia son otros $100,000. O sea que nosotros ya hemos invertido $200,000 en un candidato que se gradúa de agente cuando llega a su oficina de novato.


Se habla por ahí de que Puerto Rico puede estar en vías, si no ha pasado ya, de convertirse en un narcoestado. ¿Comparte esa opinión? ¿No le parece, por este y otros casos, que es evidente que el narcotráfico ha penetrado más de lo que imaginamos, todas las estructuras gubernamentales en Puerto Rico?

Puerto Rico no es un narcoestado. No podemos compararlo con otros países como lo que está pasando en México, pero eso no le quita que tenemos unos problemas serios.

Por ejemplo: en Estados Unidos, por cada 100,000 habitantes hay 6.6 asesinatos; en Puerto Rico, por cada 100,000 habitantes, el promedio de asesinato es 20.4, que es tres veces el nivel nacional. Si comparas los números de policía, per cápita Puerto Rico tiene más policías por cada 100,000 habitantes que cualquier otra jurisdicción de Estados Unidos.


¿Cuánto le preocupa esto?

Mucho. Un problema serio. Me preocupa de que el pueblo en general pierda confianza en los aparatos de investigación y de seguridad.


¿No le parece que eso ya está ocurriendo?

Hay que hacer un esfuerzo genuino por capturar la confianza del pueblo. Las agencias de ley y orden no pueden hacer su trabajo sin la cooperación del pueblo. La policía, ni el FBI, ni el NIE puede hacer esto solo. El pueblo tiene que ayudar, pero si no hay confianza en sus aparatos de seguridad, las agencias de ley y orden no van a poder hacer su trabajo.


¿A dónde nos puede llevar esto, como país?

No sé si la situación se va a poner peor. Es un problema serio. Como lo dije, eso fue un día bien triste para Puerto Rico, esto no es nada de lo que debemos alegrarnos. Para el FBI fue un éxito, un caso sumamente importante, pero esto no es bueno. Me preocupa que no podamos hacer nuestro trabajo porque el pueblo no tenga la confianza. ¿A dónde nos va a llevar esto? Espero que este caso sea un escarmiento a los demás que están cometiendo actos o están delinquiendo, y espero que sea una lección que el FBI ‘means business’ y no vamos a parar de trabajar los casos de corrupción.


¿Qué se puede hacer?

Nosotros vamos a cooperar y a poner nuestro granito de arena en lo que nos toca a nosotros, pero las agencias de ley y orden del estado tienen que fiscalizarse ellos mismos. Ellos tienen que identificar sus problemas ellos mismos, sacar esas manzanas podridas ellos mismos. Tienen que tomar acción para arreglar su propia casa.


Como puertorriqueño, ¿cómo se siente al explicarle a sus superiores en Estados Unidos estos problemas de la Policía?

Esto no fue un día bueno para Puerto Rico y yo soy de aquí; esto no fue bueno para nadie aquí. Fue un éxito para el FBI en cuestión del caso, pero como sociedad esto no fue bueno y yo vivo aquí, yo me crié aquí, mi familia está aquí, mis papás nacieron, vivieron y murieron aquí. Puerto Rico es mío también y esto no es bueno. Como puertorriqueño, como persona que vivo aquí, no me siento nada bien con esta situación.

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