domingo, 5 de septiembre de 2010

Valentina significa todo para su madre

05 Septiembre 2010

Valentina significa todo para su madre
Alexandra no hubiera podido concebir a la bebé sin la ayuda de los métodos de reproducción asistida

Vídeo: Alexandra Lugaro Aponte habla sobre su hija ValentinaFotogalería: El milagro de la fertilización in vitroPor Mildred Rivera Marrero / mrivera1@elnuevodia.com

Para Alexandra Lúgaro Aponte utilizar el método de fertilización in vitro para concebir a su hija Valentina no fue un capricho. Fue una opción ante un problema crónico de salud que la dejará sin útero dentro de poco.

La abogada de 29 años padece de endometriosis (afección en la cual hay crecimiento de células endometriales fuera del útero) y tiene varios órganos afectados.

“Llegó un momento en que el dolor de la endometriosis me estaba incapacitando, si estaba en el tribunal tenía que dejar el caso a mitad”, dijo. La cronicidad de la condición ha sido tal que en los pasados dos años la operaron cinco veces.

“Cuando fui a mi médico para la última operación, me dijo: 'no tengo otra opción, tienes que someterte a una histerectomía y sacarte todo el sistema reproductivo porque vas a terminar afectando otros órganos de tu cuerpo'. Le dije: 'déjame ver si puedo ser madre antes”, le relató la joven a El Nuevo Día.

Lúgaro, quien en ese momento no tenía compañero sentimental, decidió ir al Departamento de la Familia para auscultar la posibilidad de adoptar. Aunque la respuesta que recibió fue positiva, decidió tratar un método de reproducción asistida y acudió al especialista en endocrinología reproductiva e infertilidad, Nabal Bracero, y éste le recomendó varios bancos de esperma.

Ahí comenzó un complejo proceso sicológico y físico en el que hizo una introspección sobre el futuro del bebé.

“Tenía conflicto de cómo se podía afectar mi hija y cómo le explicaba por qué tomé esta decisión, por qué no tiene padre biológico a quien acudir y cómo explicarle a sus compañeros de clase. Pero me asesoré y vi que la mejor manera es explicarle desde el principio, decirle la verdad y tratar de educar a las personas. Vi que era posible tener un hijo totalmente feliz. Le voy a transmitir que, de alguna manera, es hasta más querida (que otros bebés), que yo hice todo este esfuerzo porque yo quería que estuviera aquí”, declaró Lúgaro.

Asimismo, experimentó mucho dolor porque antes de la implantación de las células fecundadas tuvo que pasar por un tratamiento hormonal que provoca el recrudecimiento de la endometriosis. Su disposición a soportar ese dolor en aras de cargar un niño en su vientre y convertirse en madre fue el único aspecto que su familia no entendía.

Para escoger al donante, de quien desconoce la nacionalidad, evaluó decenas de informes detallados que dan cuenta de la condición física y sicológica y de aspectos sociales de los candidatos.

Como si fuera poco, quince días antes de que le implantaran los embriones, conoció a Edwin Domínguez y temió que cuando le contara éste saliera corriendo. Sin embargo, el joven de 25 años continuó con la relación y decidió convertirse en el padre de Valentina, quien hoy cumple un mes de nacida.

Lúgaro recordó que su embarazo fue difícil, que tuvo contracciones prematuras y desprendimiento de la placenta inicialmente. Su embarazo se calificó de alto riesgo y estuvo hospitalizada ocho veces. Pero afirmó que valió la pena. Al preguntarle qué significa la bebé en su vida, miró a la criatura, se le iluminaron los ojos y exclamó “¡Wow!¡ Todo!” Respecto al nombre, dijo que Valentina significa fuerte, saludable.

Como ella, cientos de mujeres que han tenido problemas para quedar embarazadas, por condiciones de su salud o la de sus compañeros, han acudido a métodos de reproducción asistida.

Pero, esa opción dejaría de existir si se aprueba el proyecto 1568 del Senado, que prohibiría el uso de gametos de personas difuntas, el uso de gametos, cigotos, embriones o material genético de procedencia desconocida y el alquiler de vientres.

Lúgaro no sólo se opone a la medida por su solidaridad con otras mujeres que, como ella, no podrían concebir sin la ayuda de la ciencia sino porque, como abogada, afirma que es inconstitucional y que viola el derecho a la intimidad de los ciudadanos, entre otras razones.

“Uno de los derechos fundamentales del ser humano es la reproducción”, manifestó la joven madre.

Desde el punto de vista legal, indicó Lúgaro, es una medida muy ambigua, no específica, que no pasaría el cedazo constitucional de las cortes y que, además, va en contra de la jurisprudencia establecida en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. La medida propone pena de cárcel de entre ocho y quince años por esta práctica, lo cual es más que la impuesta en delitos como agresión agravada o violencia doméstica, destacó.

Lúgaro dijo que sí estaría a favor de que se regularan algunos aspectos de la reproducción asistida como sería el hacer obligatoria una evaluación sicológica de la paciente antes de que inicie un proceso de ese tipo. Aunque su médico le requirió hacerse una evaluación sicológica antes de comenzar el proceso, ese no es un protocolo obligado por ley.

La mujer también dijo estar a favor de regular el uso de células de personas muertas por los problemas legales que podría generar para hijos previamente concebidos por esa persona.

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