domingo, 8 de agosto de 2010

Apoyando a nuestras Pymes

Negocios
08 Agosto 2010

Apoyando a nuestras Pymes
El ecosistema empresarial de la Isla necesita innovación


Sergio M. Marxuach / Economista

El sector privado de la economía se puede analizar como un ecosistema compuesto de varias formas de empresa privada que coexisten en una relación simbiótica. Este ecosistema, por lo general, incluye corporaciones multinacionales, compañías domésticas grandes, empresas cooperativas, y pequeñas y medianas empresas (pymes), tanto en el sector formal como en el informal.

Las empresas informales se caracterizan por su baja productividad, el uso limitado de la tecnología, salarios bajos y pocos beneficios marginales, tales como plan de salud, licencia de vacaciones, entre otros.

Por otro lado, las empresas pequeñas y medianas, aún las que pertenecen al sector formal de la economía, usualmente tienen problemas para acceder a los recursos administrativos, gerenciales, financieros, y tecnológicos que les permitirían desarrollar su capacidad para competir más efectivamente.

Finalmente, las empresas nacionales y extranjeras grandes tienen un nivel de productividad cercano al de la frontera internacional, pero cuentan con escasos encadenamientos con el resto de la economía nacional y, en algunos casos, muestran una escasa capacidad para generar innovaciones.

Estrategias locales

El apoyo a la industria y el comercio local es vital para la sustentabilidad de nuestra economía a largo plazo. Para lograr esto, tenemos que implantar tres estrategias paralelamente.

La primera consiste en incorporar el sector informal al sector formal de la economía. Para esto es necesario facilitar la obtención de permisos; modernizar el marco jurídico y reglamentario; reducir la carga tributaria de las pequeñas empresas; y proveer acceso al crédito,

La segunda estrategia consiste en la modernización de las pequeñas y medianas empresas que ya están en operación. Para esto es necesario implantar políticas que ayuden a estas empresas a obtener más y mejor acceso al crédito; a adquirir sistemas de información sofisticados; a mejorar su capacidad administrativa, financiera y gerencial; y a mercadear sus productos al exterior.

En tercer lugar, es necesario densificar la relación entre las multinacionales que operan en Puerto Rico y las compañías locales que estén en posición de venderle bienes y servicios a estas multinacionales.

Para esto se necesita implantar medidas que fortalezcan los encadenamientos de la base exportadora; fomenten la cooperación público-privada en áreas específicas del sistema de innovación; atraigan inversión extranjera de mejor calidad en materia de vínculos productivos y capacidades tecnológicas; y que apoyen la expansión e internacionalización de las empresas locales.

Escasez empresarial

Además de los permisos, el acceso al capital y los impuestos, la falta de una cultura empresarial y que fomente la toma de riesgos es tal vez el mayor problema que tenemos para desarrollar nuestras pequeñas y medianas empresas. Es evidente que en Puerto Rico tenemos un profundo déficit de emprendedores (entrepreneurs).

El profesor William Baumol define al emprendedor como una persona “atrevida e imaginativa que se desvía del patrón y la práctica comercial establecidos, que constantemente busca oportunidades para introducir nuevos productos, procesos y procedimientos para invadir mercados nuevos y para crear nuevas formas organización”.

El verdadero emprendedor es, en otras palabras, una persona que se dedica a subvertir el orden comercial establecido y que está dispuesto a tomarse riegos en la búsqueda de ganancias.

Cómo generar riqueza

En Puerto Rico, sin embargo, nos hemos dedicado históricamente a formar burócratas para el Gobierno, y gerentes para administrar empresas foráneas.

En principio, no hay nada malo con los burócratas y los gerentes, pero debemos notar que estas personas no crean riqueza; en el mejor de los casos, la administran bien, y en el peor la destruyen.

En una economía dominada por burócratas y gerentes, con poca o ninguna innovación, el crecimiento va a ser anémico y el empleo y el ingreso no van a aumentar significativamente.

La diferencia fundamental entre una economía gerencial y una economía empresarial es la diferencia entre inventar una clase nueva de antibióticos y la mera manufactura de píldoras de antibióticos. La manufactura de las píldoras es una fuente de ingreso, la invención del antibiótico es una fuente de riqueza.

De cara al futuro, Puerto Rico necesita apoyar sus empresas y fomentar el empresarismo, ya que éstos son algunos de los pocos recursos que tenemos bajo nuestro control. Es esencial que los cultivemos bien.


El autor es director de política pública del Centro para la Nueva Economía

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