jueves, 22 de julio de 2010

Policía demanda por discrimen

jueves, 22 de julio de 2010
Maribel Hernández Pérez / Primera Hora
“Mataron mi ilusión”.

El policía Raúl Nazario Ramírez, quien hace unos dos años, fue golpeado, bañado con orín, insultado y amenazado durante una iniciación de la División de Operaciones Tácticas de San Juan, radicó una demanda en el Tribunal Federal por violación a sus derechos civiles y discrimen por origen.

El Lcdo. Juan R. Rodríguez informó que la Comisión Federal para la Igualdad de Oportunidades de Empleo (EEOC, por sus siglas en inglés) autorizó la radicación de la demanda en el Tribunal Federal el 28 de junio, en la que se reclama la cantidad de $7 millones.

La demanda fue radicada contra el Estado Libre Asociado, la Policía de Puerto Rico, los agentes Alers e Ismael Chico, el capitán Héctor Figueroa Torres, director de la División de Operaciones Tácticas (DOT) de San Juan, el sargento Manuel Báez, la sargento Reyes, el coronel Reinaldo Bermúdez, entre otros, en su carácter personal, por sus actuaciones so color de autoridad.

“El discrimen es por origen, él nació y se crió en New Jersey. Desde que llegó a la unidad siempre se le decía ‘el Gringo’, de una manera despectiva, siempre se le trataba diferente. Ellos sabían que era completamente bilingüe porque él venía de la Unidad Turística, donde se exige como requisito dominar el inglés a perfección”, detalló el abogado.

El agente se cuestionó si a él, que era parte de la división, se le violaron sus derechos civiles, qué se puede esperar que le hagan a un ciudadano.

“Si a mí, aquel sábado en la madrugada, uniformado, con todo mi equipo, me hirieron y me dejaron tirado en el piso, ensangrentado con mi uniforme de policía, me echaron orines encima, me desarmaron estando en el piso y sabrá Dios qué más cosas pasaron, realmente no pudiera, imaginarme qué cosa le pudiera hacerle a un civil”, declaró, al reaccionar a los incidentes ocurridos en el Capitolio, en los que participaron sus ex compañeros.

El 23 de agosto, de 2008, el agente Nazario comenzó su turno de trabajo recibiendo un golpe de un compañero en la parte posterior de la cabeza, por sentarse fuera del área designada para los novatos.

Cuando fue a rendir servicio a las dos de la madrugada, observó a una docena de agentes cogiendo agua y orinando dentro de envases.

En ese momento vio a seis agentes formados en cada esquina de la salida del cuartel y le impidieron la salida, restringiéndole su libertad, cuando se disponía a llevar su bulto con el equipo al auto.

Al abrir la puerta sintió que le echaron agua por la cabeza mientras lo insultaban, le dieron un puño por la espalda, lo golpearon con un galón de agua por la cabeza, seguido de numerosos cantazos.

Nazario continuó caminando cuando recibió un golpe en la cabeza, tan fuerte que lo hizo desplomarse al piso, ya que se sintió mareado, y tras ver gran cantidad de sangre en su rostro, perdió el conocimiento.

El policía no supo cuánto tiempo estuvo inconsciente, sólo que en algún momento comenzó a sentir que lo abofeteaban mientras le gritaban que despertara.

Al tratar de indagar quién le había golpeado, se volvió a marear y fue sentado. Escuchó a los agentes discutiendo sobre quién le había golpeado y si era necesario llevarlo al hospital.

Una hora después fue transportado en una patrulla al dispensario Hoare, en Santurce, donde le indicaron al médico que lo atendió qué sucedió. Le dijeron que lo golpearon con un cono de tránsito.

“Me siento bien mal porque yo entré a la Policía con el deseo más grande del mundo, yo soñé siempre con ser policía y siempre entré con el deseo de brindarle a Puerto Rico lo mejor de mí, a ayudar a sacar de la criminalidad a los muchachos; es algo bien desagradable”, dijo.

El agente manifestó que vivirá siempre con la duda de todo lo que le ocurrió mientras estuvo inconsciente.

Patrón de represalias
Tras el agente levantar la querella por la agresión en su contra se inició un patrón de represalias, se intentó obligarlo a que renunciara a su empleo, se desarmó aun cuando había amenazas en su contra y fue sometido a evaluaciones psicológicas en contra de las disposiciones de ley.

“Comenzaron a mandarlo a hacer exámenes psicológicos, porque la primera vez entendimos que era una medida cautelar, donde la psicóloga dice que está completamente hábil para trabajar y entonces empiezan una campaña que él cree que fueron los mismos compañeros involucrados de llamadas anónimas, amenazas, notas con otros compañeros, ese tipo de cosa y lo mandaron a hacer otra prueba psicológica. De hecho, él llama a la oficina del psicólogo que le dice que no hay razón para que se hiciera otro examen”, expresó el abogado de Nazario.

El agente estuvo desarmado aun cuando había sido amenazado y no se tomó ninguna medida de seguridad para su protección.

Nazario agregó, que el ex superintendente Auxiliar en Operaciones de Campo (SAOC), coronel Benjamín Rodríguez, fue quien ordenó armarlo y trasladarlo del área de San Juan a la de Bayamón, por su seguridad.

Diez días después de armarlo, el agente recibió tres magacines y un radio que al poco tiempo se le quitó.

“Dondequiera que yo voy soy señalado. Algunos agentes ven a uno como un ejemplo, como una llave para que no vuelvan a surgir estas cosas que por años han ocurrido en la Policía. Otros me ven como el chota, como el que daño la Unidad de Operaciones Tácticas”, declaró el agente.

El abogado confió en que tras la radicación de la demanda cesen las represalias.

Sin embargo, el sábado 10 de julio el agente salió de paseo con su novia al Condado y una patrulla de la DOT lo identificó y por el radio le vociferaron que era un “puerco y un llorón”.

El agente tuvo dificultades hasta para la radicación de una querella, con el teniente Gabriel Medal, quien le cuestionó si él era el agente que había denunciado haber sido golpeado por agentes de la DOT.

Fue necesario que el abogado se comunicara con al cuartel para que la denuncia fuera presentada.

¿Cómo cambió tu vida?

Intento salir menos, no salgo tanto como antes. De verdad que sé que hay muchos policías buenos pero ya no confío tanto en los compañeros y mucho más cuando veo a un agente con una boina de Operaciones Tácticas, aunque yo sé que ahí hay gente buena, pero también me crea como un flashback rápido cuando los veo”, sostuvo.

Entre los argumentos presentados en la demanda para denunciar la violación de los derechos civiles de Nazario, el abogado explicó que al policía se le agredió sin ninguna razón, dejándolo inconsciente.

Nazario fue golpeado en presencia de sus supervisores, quienes no lo impidieron ni tomaron acción inmediata de llevarlo a recibir asistencia médica, se denunció.

Agregó el abogado que los documentos originales de los hechos, incluyendo la querella, fueron alterados y posteriormente en los formularios nuevos no se recoge toda la información de lo que le sucedió a su cliente.

La pesquisa administrativa no ha concluido.

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