miércoles, 26 de mayo de 2010

Un curioso al desafío de rastrear a Marte

26 Mayo 2010
Un curioso al desafío de rastrear a Marte
La nueva nave exploradora debe despegar a fines de 2011



La exploración del planeta rojo ha sido difícil. La nave Phoenix (en la foto) cesó sus señales en 2008. Ahora la expectativa está en la sonda Curiosity.Por ALICIA RIVERA / El País / España

Madrid - En la exploración de Marte con robots la NASA realiza un programa continuo que arrancó en 1997 y que se desarrolla enviando al planeta vecino naves y vehículos de superficie cada vez más complejos y ambiciosos.

Ahora está preparando un nuevo todoterreno, el Curiosity, que será lanzado al espacio a finales de 2011 y que llegará a su destino entre el 6 y el 20 de agosto de 2012.

Parece que queda aún mucho tiempo, pero los expertos están ya diseñando la secuencia precisa para la difícil y peligrosa maniobra de descenso aprovechando la mejor configuración posible de telecomunicaciones con el centro de control en la Tierra.

Esta vez, el robot, de 800 kilogramos, no caerá allí rebotando y envuelto en bolsas inflables para amortiguar la caída, como sus predecesores Mars Pathfinder, Spirit y Opportunity, sino que llegará colgado de un módulo con retrocohetes que lo depositará suave y con las seis ruedas en el suelo. Esta estrategia de caída suave en el último minuto se utilizó con el Mars Phoenix Lander, pero en aquel caso era un módulo fijo y no un vehículo rodante.

El Curiosity, del tamaño de un coche, llevará 10 instrumentos científicos con los que tomará muestras y realizará análisis en varios puntos del planeta para intentar averiguar si hubo alguna vez condiciones favorables para la proliferación de microorganismos, o incluso si dichas condiciones persisten. Dadas las necesidades energéticas de los instrumentos de a bordo, los ingenieros del Jet Propulsion Laboratory (JPL) que están construyendo el vehículo no recurren esta vez a paneles solares para suministrar electricidad a los equipos sino a un generador de radioisótopos. El vehículo está diseñado para funcionar 687 días como mínimo y tendrá más flexibilidad operacional y movilidad que Spirit y Opportunity.

Una vez llegue a suelo de Marte, el Curiosity podrá empezar a rodar. Con sus patas articuladas y ruedas podrá pasar sobre obstáculos de hasta 75 centímetros de alto y avanzar a una velocidad máxima de 90 metros por hora. El lugar para iniciar la exploración está sin concretar.

El vehículo llevará el conjunto de instrumentos científicos más avanzado asegura JPL. Con ellos se tomarán y analizarán decenas de muestras del suelo y del subsuelo, haciendo pequeños agujeros. Se trata de obtener nuevos datos sobre la formación, estructura y composición química de rocas y del suelo para ver si hay compuestos de carbono que pudieran ser componentes de alguna forma de vida y también comprender mejor cómo era Marte en el pasado. Para algunas muestras, el Curiosity será casi como un laboratorio terrestre de geoquímica orgánica.

Tras el lanzamiento en un cohete Atlas V, el Curiosity emprenderá un viaje de ocho meses hasta Marte. Al llegar comenzará la difícil fase de entrada en la atmósfera del planeta, descenso y toma de contacto con la superficie. Primero se utilizará un escudo térmico protector, luego se desplegará un paracaídas para aminorar la velocidad y en la última fase se encenderán los cohetes de la plataforma que llevará colgado el rover. La maniobra se ha planificado definiendo la secuencia de manera que se optimizan las comunicaciones a través de dos de los satélites que están en órbita marciana, el Mars Odyssey y el Mars Reconnaissance Orbiter. El Curiosity tendrá capacidad de comunicación directa con la Tierra, pero solo a un bit por segundo, mientras que a través de los satélites será superior a 8,000 bits por segundo. “Es importante captar la telemetría (los datos procedentes del vehículo espacial) con alta calidad para poder saber qué está sucediendo durante la maniobra de entrada en la atmósfera, descenso y contacto con el suelo, que supuestamente es la parte más delicada de la misión”, ha comentado Fuk Li, jefe del Programa de Exploración de Marte de la NASA en JPL. “La trayectoria que hemos diseñado maximiza la cantidad de información que obtendremos para intentar solucionar cualquier problema”, agregó.

Además de los objetivos científicos de la misión, los ingenieros también tienen su plan. Para ellos se trata de demostrar la viabilidad de un descenso en la superficie de Marte con un vehículo grande y pesado (lo que puede ser útil a la hora de enviar una futura misión que traiga muestras del planeta rojo a la Tierra; colocarlo en el suelo con precisión (en un área de 20 kilómetros de diámetro), y ensayar la capacidad del vehículo de desplazarse a mayores distancias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario