martes, 29 de junio de 2010

Roces de los futuros papás

29 Junio 2010

Roces de los futuros papás
El dilema de los 9 meses


Por Ángela Tapia F. / Agencia EFE

Para una pareja establecida, la llegada de un primer hijo suele ser motivo de gran alegría. Pero por diferentes circunstancias, a veces los roces entre los futuros padres no se hacen esperar.

Ella, por primera vez, comienza a sentir unos cambios hormonales que la hacen sentirse extraña, irritable, su cuerpo comienza a cambiar y, según avancen los meses, el cansancio se apoderará de su cuerpo, mientras, a su lado, el futuro papá va asumiendo que se convertirá en un jefe de hogar, y decide callar sus temores para no traspasárselos a su pareja embarazada. Con todo, tanto él como ella se preparan para que un nuevo ser dependa de ellos las 24 horas del día.

“Es importante saber que van a pasar algunas cosas en esta etapa y que ambos van a vivir este periodo de forma distinta. Y a esto se suman muchas de esas cosas que tienen que ver con rasgos de personalidad, experiencias previas con su relación con sus padres, que podrían desencadenar algunas tensiones en la pareja”, comenta la psiquiatra de la Clínica Alemana, Ana María Martini.

En el marco de la charla que realizó la doctora, “¿Qué pasa con la vida en pareja durante el embarazo?”, destaca:

“Es bueno que sepan que van a existir ansiedades en este periodo, pero que también sepan que deben conversar entre ambos, reconozcan y acepten estas angustias”, señala Martini.

La paciencia del padre es fundamental para hacer las cosas menos complicadas en esta etapa, así como la madurez que se requiere para acoger y aceptar a una madre que siente los procesos de cambio en su cuerpo, el que alberga nada menos que su hijo.

“En momentos como estos, la mujer se puede sentir especialmente vulnerable. Pero no hay que asustarse. Al descontrolarse un poco las hormonas, es normal que haya cambios por la inestabilidad anímica, cansancio (...) Si hay algún grado de inseguridad en la autoestima, los cambios físicos pueden hacer que ella se sienta menos atractiva para el marido y crear inseguridades e irritabilidad. Se espera que él sea un apoyo para la mujer, que esté preparado para asumir eso, y no vea lo que le sucede a ella como un ataque hacia él”, comenta.


La sexualidad del papá y la mamá

La ignorancia, el mito que de boca en boca llega hasta los oídos del que no se atreve a preguntar, puede tener una fuerza importante en el comportamiento del ser humano.

Basta ver aquellas parejas que creen que tener relaciones sexuales durante el embarazo puede dañarla o, incluso, hay algunos que por algún extraño motivo piensan que su hijo -sí, el que está en el útero- puede mágicamente darse cuenta de lo que están haciendo la mamá y el papá.

“Eso no es posible. El bebé ni siquiera tiene una estructura mental como para alcanzar a entender lo que sucede afuera. Además, nunca es tocado por el papá. Si todo se hace dentro de los parámetros normales, no sucederá nada”, asegura la psiquiatra, quien agrega que, a menos que se trate de un embarazo de riesgo, las relaciones sexuales no están desautorizadas ni pueden generar algún tipo de problema al bebé.

Un tema que algunos no comprenden: el embarazo nunca solucionará los problemas de pareja.

Dependiendo de si la relación era buena ya antes del embarazo, más fácil será que los roces que surjan no sean de grave importancia para una pareja, explica Martini, fiel creyente de que esta etapa debe “afianzar la relación antes que alterarla”.

En el caso que la noticia de un futuro hijo aparezca justo en un momento en que la pareja debate su separación, es necesario comprender que este nuevo ser humano no es una solución a la vida amorosa.

“Puede ser una oportunidad para que se converse todo el tema, pero nos se va a solucionar porque llegue un hijo, al contrario. La llegada del primer hijo implica grandes reajustes de la vida en pareja”, dice la psiquiatra.

Es cierto que, por más que se quiera lo contrario, a veces los proyectos no resultan como se planearon. La idea de traer al mundo a un hijo y rodearlo de amor y de una relación entre padres llena de respeto y comprensión, suena ideal. Por eso es importante que los roces que naturalmente surjan en este periodo no se transformen en un mayor problema para los futuros papás.

“Lo más importante es no callarse los enojos, las angustias, los resentimientos; conversarlos entre los dos. Si tienen dudas respecto a la vida íntima, hablar con la matrona o el ginecólogo, y tratar de pasar el tiempo del embarazo lo más en pareja que se pueda, porque después van a tener menos tiempo”, concluye Martini.

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