viernes, 28 de mayo de 2010

Los infieles cibernéticos

Aparte de convocar un intercambio sexual, la infidelidad cibernética también atiende la intimidad emocional. (Primera Hora / Gerald López-Cepero)
Los infieles cibernéticos
viernes, 28 de mayo de 2010
Carmen Graciela Díaz / Para Primera Hora
En el universo llamado Internet, donde el anonimato es la carta de la victoria y en el cual las inhibiciones se derriten instantáneamente, sus fronteras borran esa línea que separa una infidelidad implícita de una explícita.

Para el terapeuta de parejas José Pérez Aponte, una infidelidad cibernética se constituye cuando el sujeto “intima (con otra persona) sobre cosas sexuales”. A la velocidad de la luz, alerta Pérez, el ideal del compromiso con la pareja se derriba.

“La infidelidad cibernética se produce cuando le dedico tiempo a otra persona que no es mi pareja. Hay muchas personas que tienen sexo a través de la Internet o del teléfono, aunque físicamente los cuerpos nunca se toquen”, ilustra la educadora sexual Luisi Denton de Marini.

Pérez y Denton coinciden en que, más allá que un acto sexual, lo que valida la infidelidad en la red es la “intimidad emocional”. Denton precisa que “mientras esto ocurre, la persona se va separando más y más de su pareja porque está satisfaciendo todas sus necesidades con quien tiene intimidad física y emocional”.

Una madeja de asuntos pueden incidir en que un sujeto, hombre o mujer, halle en la Internet una comodidad que el intercambio físico no le proporciona. Para ejemplificar, en algunos, el que una computadora medie y esos amantes no tengan un encuentro corporal es un estímulo a su autoestima.

Así, el sexo en este contexto viabiliza que algunos “venzan bloqueos, experiencias sexuales que han hecho daño, complejos físicos y trabas en la seducción”, según Denton.

Por otro lado, son pocos quienes -indica Pérez- entienden que esta relación es sólo una fantasía. Observando que las frases eróticas persiguen la excitación o la masturbación, el consejero apunta que ello no abona a una relación estable.

Relación sin tapujos

Una libertad no contemplada y la imaginación se fusionan de tal forma que la fantasía generada en una computadora es titánica. “Lo que ocurre es que las personas desarrollan la imaginación y se tienden a atraer por todo lo que traiga incertidumbre”, explica Pérez, aunque recuerda que al menos una de las dos partes “tiene la intención de pasar el rato”.

Denton comenta que, a la luz de conversaciones que sus pacientes le han replicado, la imaginación de las personas en esta coyuntura es ilimitada. “El que desarrolla este vínculo sexual entra en unas aguas profundas que no entraría con tanta libertad con una persona de carne y hueso”, revela Denton.

De hecho, contrario a la concepción popular, la conducta desleal en los confines del mundo virtual se manifiesta tanto en hombres como en mujeres. Denton afirma, citando estudios recientes, que quienes más practicaban esta conducta “eran mayormente los hombres, pero es impresionante que de mes a mes la población femenina entra más en esto”.

El componente visual también tiene su puesta en escena en los amantes cibernéticos. “La tecnología ha hecho que ese adulterio implícito se convierta en uno físico cuando me estoy excitando y me estoy tocando”, menciona Denton, aludiendo a quienes estimulan su apetito sexual con una cámara o las distintas corrientes de la pornografía.

La curiosidad mató al gato

Al cuestionar los motivos del infiel cibernético en por ejemplo chats y mensajes instantáneos, Pérez asegura que en “muchos es la curiosidad; otros se envuelven en situaciones que se identifican o por vacíos existenciales que intentan llenar”.

Denton atribuye esta conducta a la soledad que se puede producir aun cuando se está acompañado. La falta de conexión en una pareja, quienes tengan que enfrentar el rechazo de su compañero o la presencia de la intimidad física pero no de la emocional (y viceversa) pueden detonar esa búsqueda sexual en la ilusión de otro, especifica la educadora sexual.

“La persona quiere llenar con otra lo que no tiene en su pareja. Empieza como un juego y luego se comienzan a notar cambios de actitud y de interés mientras la persona conoce ese otro mundo desconocido”, aclara Pérez.

Empero, ambos especialistas opinan que la redención es posible si se recupera la confianza. Para combatir las suposiciones, dice Pérez, “la pareja debe tener acceso a la información para que ambos la discutan neutral y voluntariamente. Si la persona no lo permite, ésta puede comprometerse a no volver a buscar en otra parte lo que ya tiene en su pareja”.

Para conferencias y citas con la educadora sexual Luisa Denton de Marini, llama al 787-763-8854 o escribe a luisimarini@gmail.com. Comunícate con el terapeuta de parejas y consejero José Pérez Aponte a través del 787-261-0763.

Atracción prohibida

Conoce el testimonio de una mujer -cuya identidad reservamos- que partió de una crisis matrimonial a una infidelidad en línea.

“Nunca pensé ni planifiqué serle infiel a mi esposo, ni por Internet ni de ninguna otra forma. Esta infidelidad surgió casi sin darme cuenta”, dice Grecia (nombre ficticio). Narra que todo comenzó por la red social Facebook y evolucionó al mensaje de texto y la conversación telefónica.

Grecia asegura que “el tiempo de conectarnos fue aumentando poco a poco, hasta invertir tres horas o [...] más tiempo diariamente”.

La relación con su amante fluía, mientras culpaba a su marido -en silencio- de no darle cariño, confiesa. Los amantes hablaban de su vida, se seducían y empleaban la cámara y fotos para verse. “No nos conocíamos de antes”, revela, aunque tenían amigos en común.

“Nunca nos vimos ni estuvimos juntos físicamente. No tuvimos la oportunidad por muchísimas razones. A pesar de que teníamos la intención, no se dio”, indica. Para Grecia, la imaginación y la computadora desataron una libertad que aumentó la confianza mutua mientras aumentaban las fantasías.

Grecia afirma que su esposo nunca se enteró de la infidelidad. “Comencé a cansarme de vivir la doble vida”, reflexiona, aceptando que “sustituí mi intimidad emocional y sexual con un desconocido en vez de trabajarla con mi pareja”.

A la luz de este complejo capítulo, Grecia hizo un llamado a que los matrimonios exterioricen sus problemas. “Comprendan que lo que encontré en la Internet me trajo más dolor”, concluye quien gracias a terapia goza de un matrimonio donde ambos se dedican tiempo y atención tanto física como emocional.

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