lunes, 7 de junio de 2010

La ley de los bichotes

La ley de los bichotes
miércoles, 12 de mayo de 2010
Francisco Rodríguez-Burns / Primera Hora
Se trata de un negocio en que la lealtad cobra un significado especial. No se puede mentir ni se puede faltar el respeto, ya que las transgresiones se pagan con la vida. Aun así, los puntos de drogas se han convertido en un elemento inexorable de la realidad urbana puertorriqueña.

El organigrama de los puntos de drogas se ha mantenido prácticamente inalterado durante los pasados años, pero los criminales han tenido que modificar su modus operandi ante las investigaciones que realizan las autoridades federales y estatales. Los cambios operacionales de los puntos intentan poner un freno a pesquisas que se fundamentan en grabaciones de las transacciones de drogas. Lo que se puede documentar, ya sea a través de vídeo o audio, resulta ser una pieza indispensable para el procesamiento criminal de los traficantes.

“Estamos realizando investigaciones sólidas que incluyen grabaciones que forma parte de una visión de la División de Control de Drogas. Estamos notando una disminución en este tipo de operación tan abierta”, sostuvo el superintendente auxiliar en Investigaciones Criminales, el coronel Reinaldo Bermúdez.

Las imágenes, muchas de las cuales provienen de las cámaras colocadas en los residenciales, proveen un resquicio de las actividades internas de los puntos. Algunas de las grabaciones captadas por las autoridades se han utilizado en presentaciones de la Policía a alcaldes y otros funcionarios estatales para hacer constatar la gravedad del problema de la droga en la Isla. En uno de esos vídeos visto por Primera Hora se muestra a un niño, de apenas 12 a 14 años, vendiendo estupefacientes a varias personas. En otra grabación, un hombre es ejecutado. Los sicarios colocan la pistola a pocos pies de la cabeza y, acto seguido, proceden a dispararle.

Aunque los nuevos métodos empleados por la Policía han logrado desarticular decenas de puntos de droga, los traficantes han intentado resarcir el daño.

Según se desprende de las investigaciones policiales, en muchos puntos se está utilizando una cantidad cada vez mayor de adictos crónicos para vender las drogas.

“Los puntos no tienen hora de cierre, están operando las 24 horas del día, los siete días a la semana y eso ha cambiado la calidad de vida de muchas comunidades”, indicó Bermúdez.

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