lunes, 28 de junio de 2010

Educación a lo boricua

28 Junio 2010

Educación a lo boricua
Editorial Anisa cumple 30 años en los salones de clases



Samuel Báez labora en Impresos Emmanuelli, que se fundó para apoyar los trabajos de Editorial Anisa. Por Andrea Martínez / amartinez@elnuevodia.com

Aguas Buenas - En 1980, la educadora Ana Ilsa Rivera y su esposo, Luis Emmanuelli, decidieron comenzar un negocio para producir materiales educativos y cuadernos para escritura dirigidos a colegios privados. El negocio empezó con ahorros propios del matrimonio, pues no les dieron crédito. Y, en vez de empleados, contaban con la ayuda directa o indirecta de sus cuatro hijos.

Treinta años después, Producciones Anisa cuenta con 18 empleados, una flota de tres vehículos para entregas, un edificio de 15,000 pies cuadrados al que planifican agregar un almacén, y un compromiso con la calidad y el enriquecimiento de los valores en la comunidad, mediante la educación tanto en el hogar como en el salón de clases.

Además de ofrecer materiales educativos, como tarjetas, carteles, láminas, discos compactos y programas de computadoras, también proveen libros y cuadernos.

La educadora trabajó como maestra desde los 18 años, y detectó una gran necesidad de parte los maestros de materiales educativos que “respondan a nuestra idiosincrasia puertorriqueña, a nuestras costumbres y nuestro vocabulario”. Explicó que hay materiales educativos que proceden de Colombia, España o eran trabajos de Estados Unidos, traducidos por personas de México.

Creación de un nicho

“Los maestros no tienen tiempo para crear estos materiales, por eso han visto en Anisa a una compañía que los entiende”, indicó Rivera. “Tengo la autoestima alta porque hemos hecho historia en Puerto Rico, ya que siendo una compañía pequeña del centro de la Isla hemos logrado crear un nicho en un área tan competida”, manifestó Rivera.

“A medida que fuimos creciendo, desarrollamos series de lectura que se usaron en el Departamento de Educación, como libros de texto”, añadió.

Recordó que la primera serie que produjo Anisa fue “Me gusta escribir” para desarrollar destrezas de escritura.

“Estudiamos y vemos las tendencias nuevas en el campo de la pedagogía, y a base de eso desarrollamos los materiales”, dijo la presidenta de Anisa.

Sin embargo, aclaró que “nos gusta que nos vean, no como un comercio o un negocio, sino que entiendan que nuestro norte es servir a maestros, padres y estudiantes en el desarrollo social del País”.

Golpe en el 2009

Recordó que desde su creación duplicaban las ventas cada año, pero en el 2009 un problema con el flujo de fondos en el Departamento de Educación hizo caer las ventas al nivel del 1990.

El año pasado, ninguna escuela pública les compró materiales. Tuvieron que reducir temporalmente la plantilla a 12 empleados, pero ya en el 2010 las escuelas han vuelto a comprar y se están recuperando los volúmenes.

“Gran parte de nuestro éxito se lo debemos a nuestros empleados. Tenemos empleados que llevan 22 años con nosotros. El éxito depende de la unión que haya, del compromiso con el trabajo y del equipo de gente que da la milla extra”, opinó Rivera, doctora en pedagogía.

Diversificación

Para atajar la crisis económica, Anisa ha optado por diversificar sus negocios. Para 1987, y con el fin de poder cumplir con los rigurosos itinerarios de entrega de los colegios, optaron por establecer la firma Impresos Emmanuelli.

“Impresos Emmanuelli es una corporación independiente que se creó para servir a Anisa, pero ahora puede subsistir sola pues sirve a otras compañías”, dijo Rivera.

A pesar de comenzar su oferta con los colegios privados, extendieron sus servicios a escuelas públicas. También venden productos en tiendas como Office Max, Borders, tiendas de efectos escolares, y hacen envíos por correo y a través de la red cibernética.

Tienen dos líneas de productos: una exclusiva para instituciones educativas y otra para el público en general. Además, tienen una tienda de venta directa en el primer piso de su edificio en Aguas Buenas.

Al presente mantienen un representante en Orlando, donde han comenzado a vender productos a instituciones educativas. Además, tienen distribuidores en República Dominicana y Panamá.

Servicio directo

Para noviembre de 2009, comenzaron la operación de un centro de tutorías llamado Centro Creativo de Aprendizaje y Desarrollo Integral. Este ofrece servicio a cerca de 75 estudiantes, mediante una propuesta de fondos Título 4, parte B. Opera fuera del horario escolar y ofrece un campamento de verano.

Por otro lado, Anisa cuenta con la división SEPAP, de servicios educativos de adecuación profesional, que brinda talleres a profesionales de la educación con contenido pertinente y que permite acumular horas contacto de desarrollo profesional.

Gastar lo necesario

Entre las estrategias de Anisa para lograr sobresalir en su campo, están anticipar los problemas económicos y no esperar a que el problema llegue.

“Tenemos que mantenernos informados del mundo de los negocios. Nosotros decidimos gastar sólo en lo que realmente era indispensable, analizar cada gasto. Es bueno soñar, pero hay que ser realista”, dijo Rivera.

Otro paso para el camino exitoso de su firma ha sido “tener el crédito al día. Cuando logramos desarrollar ese crédito, lo pudimos mantener. Cuando los bancos no le prestaban a nadie, en el 2009 nos dieron un préstamo por medio millón de dólares porque nos conocían y sabían que íbamos a hacer un buen uso del dinero”.

Como tercer punto, dijo Rivera, “por malas que estén las cosas hay que continuar la promoción de los productos”.

Rivera explicó que Anisa saca dos revistas, una para los padres (Alternativas para la familia, que publica 50,000 copias dos veces al año) y otra para los académicos (Educación siglo 21, cuya circulación supera las 25,000 copias y se distribuye en 1,500 instituciones educativas).

Otro programa de Anisa es el Instituto de Pedagogía Fundamental, dirigido a maestros y maestras de kinder a sexto grado, que tiene el propósito de fortalecer sus estrategias para el mejor desempeño en la sala de clases. Estos talleres sabatinos son gratuitos y se ofrecen para 40 participantes por sesión, al menos cuatro veces por semestre.

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