lunes, 21 de junio de 2010

Crédito versus efectivo

20 Junio 2010

Crédito versus efectivo
Las circunstancias y la disciplina de cada individuo determinan el método de pago más conveniente


Por Marie Custodio Collazo / mcustodio@elnuevodia.com

Mientras algunos expertos condenan el uso del crédito para compras menores, otros abogan por la utilización responsable para obtener beneficios y fortalecer el historial de crédito.

Kurt Schindler, vicepresidente de Planificación Financiera de Banco Popular, opina que la decisión de hacer las compras en efectivo o valiéndose de tarjetas de crédito o financiamiento dependerá del autocontrol de cada persona.

“Hay personas que pueden controlar sus gastos usando la tarjeta de crédito y otros que no, estos últimos no deben usar la tarjeta. Como consumidor, me tengo que conocer”, expresa.

Uno de los argumentos en contra de las tarjetas, lo mismo de débito que de crédito, es que fomentan el gasto porque es fácil pagar perder el rastro del dinero si no lo vemos desaparecer.

Sin embargo, Schindler es partidario de que se financien compras grandes, como un auto o una propiedad. Aunque hay consultores financieros que consideran que, incluso para estas adquisiciones, se debe tener el dinero en la mano.

El portal cibernético Debt Prison explica que pagar en efectivo puede ahorrarle miles de dólares a un consumidor. En el caso de un automóvil, detalla que si el precio es $20,000 y lo financia a 60 meses con un interés de 6%, el costo del préstamo será $3,199, los mismos que podría ahorrarse si pagara en efectivo por el vehículo.

Desde el punto de vista del ejecutivo de Popular, para la mayoría de la gente es difícil acumular $20,000 para un carro, mucho menos los $100,000 ó 200,000 para una casa. Adicional, destaca que los intereses que se pagan en los préstamos de autos y las hipotecas son deducibles de la planilla y ayudan a bajar la carga contributiva.

Proceda con cautela

Ahora bien, cuando se trata de pagar los enseres para el hogar, Schindler apunta a que la mejor manera es pagarlos en efectivo, para evitar endeudarse y pagar intereses, pero aclara que puede recurrirse al crédito, con mesura.

“Si se daña el televisor, puedo vivir sin eso, pero ya cuando se daña la nevera es un poco más difícil (esperar a tener el dinero para comprarla) porque es más necesaria. Aún así, uno tiene que evaluar qué necesita, y no siempre tiene que ser el modelo más avanzado, porque uno normal me sirve. Ahí es donde se debe tener juicio y sopesar cuál es mi situación real, los lujos versus las necesidades. Mi recomendación es evaluar cuánto puedo gastar en la nevera. Todos queremos chulerías, pero lo mejor es pensarlo para no endeudarse de más”, comenta.

También sugiere, ante esta situación, auscultar la posibilidad de conseguir un préstamo personal con una tasa de interés menor a la de las tarjetas de crédito.

Sobre las ofertas de algunas mueblerías y tiendas por departamentos que permiten financiar la compra de muebles y enseres sin pagar intereses por un término determinado, Schindler indica que le gusta la idea, pero que requiere disciplina del consumidor.

Ya casi han desaparecido aquellas ofertas de cero pagos y cero intereses por hasta tres años, y han sido sustituidas por las que sí requieren un pago mínimo mensual al principal de la compra. En cualquiera de las dos situaciones, el consumidor debe tener la disciplina para realizar su propio plan de pago que le permita saldar la deuda antes de que se cumpla el término de la oferta, y así evitar los intereses muy altos.

“Hay que hacer un plan de pago con uno mismo porque siempre surge una emergencia la semana antes de que se venza el término y no puede pagarlo”, expresa, y añade que el mayor problema con estas ofertas es que las personas no suelen preguntar las condiciones del financiamiento una vez que expire la oferta y tengan que empezar a pagar los intereses.

“Las preguntas que no hacemos son, qué pasa si no cumplo, desde cuándo se acumulan los intereses. No las hacemos porque estamos mirando el mueble, que es lindo, y visualizando los cojines que le vamos a poner al sofá. Pero hay que verlo con cabeza fría y preguntar qué pasa si no puedo pagarlo en el término, y más ahora que hay tanta gente perdiendo el empleo”, dice el ejecutivo de Popular.

Acumular puntos

Para algunas personas resultan atractivas las recompensas que ofrecen ciertas tarjetas de crédito de instituciones bancarias y de comercios para incentivar el uso.

Nuevamente, Schindler señala que es un asunto de autocontrol. Si el individuo es capaz de mantenerse dentro del presupuesto utilizando las tarjetas, y al final del mes paga el balance en su totalidad, las recompensas valen la pena.

Algunos consultores financieros desincentivan esta práctica, argumentando que afecta la puntuación de crédito porque se refleja como un crecimiento en la deuda personal. El ejecutivo de Popular reconoce que podría ser así, pero añade que si la persona paga sus obligaciones a tiempo y completas, el impacto es mínimo.

Schindler también reconoce que algunas tarjetas de crédito ofrecen seguros en las compras de artículos costosos, que también pueden ser un atractivo a la hora de decidir el método de pago. Aún así, recomienda esperar a tener el dinero para saldar la cuenta antes de que venza el periodo de gracia y comience a acumular intereses.

Lo mismo aplica a las circunstancias en las que no se puede pagar con efectivo, como las compras por internet o por teléfono, y en las aerolíneas u hoteles. No obstante cada vez hay más opciones, entre ellas las tarjetas de débito de empresas internacionales (Visa, MasterCard, y otras), y servicios como PayPal.

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