martes, 23 de marzo de 2010

La alternativa fue la cárcel

La mandaron a rehabilitarse en la cárcel.

En el caso de Vivian Marie Rivera Acevedo, confinada en la cárcel de Vega Alta, incidieron una cadena de eventos que reflejan las serias deficiencias de los sistemas de justicia y el penal.

La reclusa cumplía una condena de dos años de prisión que le impuso el juez Joaquín Peña Ríos cuando encontró la muerte.

No fue el juez Francisco Borelli quien impuso esa sentencia, como había informado la madre Sonia Acevedo, en su confusión.

En el informe que sometió el oficial sociopenal al momento de su condena, se indicó que era una adicta a la marihuana.

La oficial sociopenal recomendó que se le sometiera a tratamiento contra la adicción, pero la “opción fue rechazada por la propia acusada”, indicó la Administración de Tribunales a Primera Hora.

Se indicó que “la propia acusada expresó en sala que prefería cumplir en la cárcel”.

“En Fajardo, Puerto Rico, hoy 5 de diciembre, ante este tribunal compareció la acusada, representada por el abogado Rogelio Canales Pacheco. El pueblo de Puerto Rico está representado por la fiscal Wanda Bonilla”, reza parte de la sentencia.

“El tribunal declara culpable a la acusada por el delito de epígrafe (404) y la condena a una pena de cárcel de dos años”, se agrega.

A la imputada se le había asignado un abogado de oficio, de nombre Rogelio Canales Pacheco.

De acuerdo con la minuta de la vista de sentencia, el juez Peña Ríos se proponía dictar una sentencia suspendida, como se había recomendado en el informe presentencia, cuando el abogado de oficio Rogelio Canales Pacheco le dijo al juez que a su clienta, Rivera Acevedo, “no le interesaba recibir tratamiento”.

“Las partes anuncian que leyeron el informe. Luego de las partes dialogar en el estrado, la defensa solicita se dicte sentencia. El Tribunal hace constar que el informe presentencia recomienda sentencia suspendida. La defensa aclara que su cliente no interesa ingresar a un hogar de tratamiento. El Tribunal interroga a la acusada, quien declara que no le interesa recibir tratamiento interno, sino cumplir la pena de cárcel”, se acota.

¿Había otras alternativas? ¿Debe ir a la cárcel una joven de 23 años adicta a la marihuana a quien la sorprendieron con una bolsita de cinco pesos?

Lo extraño es que la sentencia fue por un cargo grave, por violación al Artículo 404 de la Ley de Sustancias Controladas, según acordado por las partes. La joven admitió el delito.

La mandaron a rehabilitarse en la cárcel de mujeres de Vega Alta.

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