martes, 23 de febrero de 2010

El Yunque sigue en peligro

Escrito por Maricelis Rivera
EL VOCERO
Martes 23 de Febrero de 2010 13:42

El Bosque Nacional del Caribe, El Yunque, continúa bajo el acecho de un proceso acelerado de urbanización que pone en riesgo a los ecosistemas y que se agrava porque el 72.6 por ciento de las construcciones en los ocho municipios que lo circundan, se hacen contrarias a la zonificación especial que se supone debe protegerlo, reveló un reciente estudio de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y el Instituto Internacional de Dasonomía Tropical.

La geógrafa Tania del Mar López Marrero, del Centro de Estudios del Caribe del Recinto de Río Piedras de la UPR, manifestó que las áreas construidas en la periferia del Yunque se incrementaron en un 15.6 por ciento en un período de cerca de diez años (1998 al 2007).Los hallazgos, obtenidos en exclusiva por EL VOCERO, son parte del estudio en proceso que se publicará este año bajo el título: "Cobertura de terreno, urbanización y alternativas de conservación en la periferia de El Yunque", de la autoría de López Marrero, Olga M. Ramos González y Ariel Lugo.

"Tres cuartas partes de cada desarrollo están ocurriendo en una zonificación en la que se supone que no ocurran desarrollos urbanos", expresó la doctora especializada en las relaciones humanas y el ambiente y en cartografía.La investigación del trío de científicos reveló que en estos diez años, el municipio que experimentó un proceso urbanizador más rápido fue Juncos con un 25.4 por ciento, seguido de Río Grande con un 19.1 por ciento, Las Piedras con 17.3 por ciento, Luquillo con 12.2 por ciento y Fajardo con 8.8 por ciento.Afirmó que en el estudio "Urbanización de los terrenos en la periferia de El Yunque" de 1998, se detectó que el 85 por ciento de los desarrollos se hacía no conforme con la zonificación especial. Pero, recalcó que el hecho de que haya una leve mejoría en el 2007 puede deberse a varios factores como el que se cuente ahora con mejores instrumentaciones y otras variables que son distintas entre ambos estudios como las clasificaciones y las bases de datos que hacía el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales hace una década en términos de la cobertura.

No obstante, la investigadora recalcó que un 72.6 por ciento es un número muy alto que refleja que el recurso de la zonificación especial para crear una zona de amortiguamiento que proteja al Yunque, no está funcionando.Lugo añadió que también es un reflejo de que se van acabando los terrenos sin desarrollar en esos municipios.

López Marrero explicó que otra de las preocupaciones que presenta el estudio es que se observan construcciones en áreas donde se supone que por su clasificación estén totalmente prohibidas como las de bosques y conservación de recursos.En las denominadas Bosque 1 (B-1) se observó 0.1 por ciento de desarrollo, 0.2 por ciento en la B-2; mientras 1.0 por ciento en Conservación de Recursos y 0.7 por ciento en la llamada Conservación de Recursos 1 (CR-1).Otro problema serio son las zonas agrícolas, ya que son las que están bajo mayor presión de desarrollo en áreas de la zonificación especial.

Un 34.4 por ciento de las construcciones ocurren en la zona Agrícola 1 (que son los de mayor valor agrícola), seguidas por un 30 por ciento en las Agrícola 3, y 6.2 por ciento en Agrícola 2."No solamente se van a perder las áreas de mayor valor agrícola, pero también se interfiere con la continuidad de la montaña a la costa", subrayó la geógrafa al recordar la importancia de la continuidad de los ecosistemas.En términos de la cobertura total de terreno para el año 2007, se encontró que el 43.9 por ciento es bosque, el 33.6 por ciento es pastos o agrícola, el 13.6 por ciento urbano, el 4.5 por ciento arboleda, el 3 por ciento humedales y mangles.Los datos reflejan que para el 1998 había un 15.6 por ciento menos de terrenos construidos.

"Esto sucede, no porque no se estén dando los datos, esa área Este es de las que más datos se tienen", mencionó López Marrero. "Es falta de voluntad política, de hacer cumplir los reglamentos y la zonificación. Dijo que ha encontrado que en los municipios que circundan al Yunque hay profesionales muy preparados que entienden la necesidad de cumplir con lo estipulado en la zonificación, pero que las decisiones se toman por encima de sus recomendaciones a niveles más altos en términos de los Alcaldes y de la Junta de Planificación y la Administración de Reglamentos y Permisos (ARPE).

No sirven las zonificaciones

Lugo, por su parte, mencionó que una de las grandes lecciones del estudio es que las zonificaciones especiales como mecanismo de planificación no funcionan y eso lo demuestra el hecho de que se construya en zonas de Bosque y Conservación de Recursos. Dijo que es algo altamente preocupante en el caso del Corredor Ecológico del Noreste (CEN), que se designó como reserva natural, pero que ahora se pretende proteger mediante zonificación especial."

Lo que ha demostrado ser efectivo para Puerto Rico es la reserva que ofrece la protección formal del Gobierno (estatal o federal) o del Fideicomiso. En esos casos, se conservan muy bien dentro de las propiedades y las poblaciones de biota se recobran de forma fabulosa cuando se trata de conservar en base de zonificación, la planificación se va al piso", sostuvo el doctor en ecología.Recalcó que hay una interrelación con lo que ocurre en la montaña y la costa y viceversa en términos de los organismos y lo que se observa en el estudio impide esa interacción que bloquea su paso. Asimismo, impide el desahogo de los organismos que salen fuera del Yunque a otros hábitat cercanos.Otro de los problemas es el fenómeno de isla calor porque si los alrededores del Yunque están muy calientes debido a que se ha quitado la cobertura verde, las nubes tienen que buscar más elevación para recargarse de agua y ya ha empezado a notarse una merma de lluvia en las áreas urbanas.

"El Yunque pierde y perdemos todos si se pierde agua porque el Yunque suple de agua a muchas áreas de Puerto Rico", subrayó.En cuanto a las tierras agrícolas, el ecólogo planteó que los políticos deben comenzar a entender la necesidad de proteger el futuro de Puerto Rico: "no se trata ya de proteger la cotorra, sino el agua y el alimento".

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