lunes, 23 de noviembre de 2009

Venden drogas adulteradas

lunes, 23 de noviembre de 2009
Francisco Rodríguez-Burns
Primera Hora

Como si se tratara de combos de fast-foods, las drogas ilegales también incluyen sus versiones agrandadas, aunque algunos de sus ingredientes adicionales sólo se puedan identificar a través de pruebas de laboratorio.
La adulteración de drogas ilegales para ampliar su disponibilidad y maximizar su valor ha sido una característica innegable de las operaciones de los narcotraficantes, pero cambios en el proceso de elaboración de las sustancias para su venta al detal también apuntan al fortalecimiento de la economía subterránea de los puntos y su capacidad para “reinventar” su mercancía, según aseguraron varias fuentes consultadas.

Para mantener un mercado cautivo de adictos y ampliar su base, los dueños de los puntos de drogas han desarrollado nuevos métodos para potenciar las drogas ilegales que son utilizadas por más de 60,000 puertorriqueños. Al igual que los cigarrillos, que eran fabricados con una mayor concentración de nicotina para aumentar su potencial adictivo, las drogas ilegales que son adquiridas por los usuarios son inyectadas con componentes que proveen efectos secundarios.
La heroína, quizás, es el ejemplo más claro de cómo muchas de las drogas que se venden en Puerto Rico pasan por un proceso de adulteración cada vez más riguroso que persigue trascender los niveles de resistencia de los usuarios que ya no consiguen “curarse” con su dosis habitual. Se persigue proveer al adicto un estado de excitación mucho más explosivo que también tiene el potencial de desencadenar un deterioro más marcado.

“El negocio de la droga es tan lucrativo y está tan consolidado que los puntos, para ampliar su margen de ganancias, buscan sustancias que tienen efectos diferentes. Van a diluir la calidad, no por una limitación en su cantidad, sino para traspasar el umbral de tolerancia del usuario”, dijo José Vargas Vidot, el director de Iniciativa Comunitaria, una de las pocas organizaciones sin fines de lucro en Puerto Rico que les provee servicios directos a los usuarios de heroína en los hospitalillos.

Estudios realizados por la Escuela de Medicina de Ponce confirman la presencia de altas concentraciones de anestesia de caballo (xylazina) y cocaína en gran parte de las jeringuillas utilizadas por los adictos a opiáceos, pero conocedores del tema advierten que el proceso de adulteración bajo ninguna circunstancia implica una reducción o una escasez de la droga en Puerto Rico.

El cuadro, que apunta a una alta disponibilidad de drogas que a su vez son altamente adulteradas, se confirma mediante las investigaciones realizadas por el Negociado de Drogas de la Policía y la Agencia federal Antidrogas (DEA).
Mientras la Policía asegura que la calidad de la heroína ha disminuido, la Agencia federal Antidrogas apunta a que el opiáceo que se vende en Puerto Rico es “mucho más potente, puro y barato” que lo que se puede comprar en Estados Unidos y algunos países europeos. Cabe destacar que la agencia federal, a través de un “alerta de inteligencia”, detalla que la anestesia de caballo se ha convertido en un “adulterante común” en Puerto Rico que se vincula a por lo menos nueve muertes por sobredosis.

El estudio realizado por la Escuela de Medicina de Ponce encontró que cerca del 37.6 por ciento de las jeringuillas recolectadas por Iniciativa Comunitaria y Amor que Sana, otra organización que le provee servicios directos a la comunidad de usuarios en Ponce, contenían anestesia de caballo. La mayoría de éstas, cerca de un 90.6 por ciento, también contenían cocaína que junto a la heroína forma un coctel conocido como speedball.

Según aseguró el director ejecutivo de Amor que Sana, Juan Panelli, las altas concentraciones de speedball también obedecen a los propios patrones de adicción de los usuarios. Para muchos de los adictos, la cocaína, un estimulante que en algunas circunstancias puede convertirse en un alucinógeno, retira al adicto del estado de letargo que provoca la heroína, un depresivo que desencadena un alto grado de placer y euforia.

“No damos abasto y estamos sudando la gota gorda”, dijo Panelli al asegurar que la decena de organizaciones que les proveen asistencia a los adictos requieren de más ayuda gubernamental para proveer sus servicios de prevención y rehabilitación.

Combis y otras combinaciones
El precio de las drogas ilegales se ha mantenido sumamente bajo durante los pasados años debido a las grandes cantidades de drogas que se introducen en Puerto Rico y la férrea competencia entre los puntos. Algunos centros de distribución de drogas venden combis, en obvia alusión a los combos de los restaurantes de comida rápida, para vender combinaciones de cocaína, heroína y pastillas que se derivan de la oxicodona.
El crack se está bañando con pitorro y otras bebidas para multiplicar el hit del adicto, según versiones anecdóticas.

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