Nuevo control para los jóvenes conductores

viernes, 18 de septiembre de 2009
Leysa Caro González
Primera Hora

Una nueva medida para reducir el porciento de alcohol mínimo permitido en la sangre en los jóvenes conductores entre los 18 y 20 años fue analizada ayer en la Legislatura.
Esta pieza se suma a los proyectos de ley que también han sido estudiados por la Asamblea esta semana y que buscan, primero, limitar el expendio y consumo de bebidas alcohólicas en los establecimiento dedicados a dicho comercio y, segundo, obligar a todo convicto por manejar borracho a instalar en sus vehículos un aparato que mida su nivel de alcohol en la sangre.

Todas, incluyendo la estudiada ayer, buscan desalentar el consumo de alcohol entre la población y, así, a su vez, reducir el número de fatalidades de tránsito provocadas por conductores ebrios.
El proyecto 1992, presentado por la delegación de la mayoría en la Cámara de Representantes, trata de evitar que un joven entre los 18 y 20 años conduzca con un porciento de alcohol en la sangre mayor a 0.02%.

Tanto el secretario de Transportación y Obras Públicas (DTOP), Rubén Hernández, como el director ejecutivo de la Comisión para la Seguridad en el Tránsito (CST) favorecieron la aprobación del proyecto lo antes posible.
Según estadísticas recientes, en el 2008, se reportaron 132 fatalidades que involucraban motociclistas y conductores que superaron el 0.08% de concentración de alcohol en la sangre permitido por ley. De éstas, 38 de las víctimas fueron jóvenes entre los 16 y 25 años, lo que representa un 29% del total de las fatalidades.

Los mismos datos reflejaron además que apenas con uno o dos tragos de alcohol en un periodo de una hora, una persona puede alcanzar una concentración de 0.02%, lo que puede provocar la liberación de inhibiciones y afectar el buen juicio.

“Es una medida que da un paso adelante en la búsqueda de control estas tragedias”, señaló esperanzado Santini, quien, antes de comenzar su ponencia, presentó un vídeo con imágenes de accidentes ocurridos tanto en la Isla como en otros territorios y que han provocado que personas inocentes vivan marcadas por la tragedia el resto de sus vidas.

“Hay que salvar vidas y establecer unos controles en pro de la calidad de vida de la gente. No creo que nuestros jóvenes incurren en esta conducta porque tienen el deseo de hacerle daño a alguien... creo que poco a poco pueden aceptar este mensaje y entenderlo”, señaló Santini.
Sonia Señeriz, presidenta de la Fundación Luis A. Señeriz, creada en memoria de la muerte de su hijo en manos de un conductor ebrio, favoreció también la pieza y descartó el argumento de que podría tratarse de un estatuto discriminatorio hacia este sector de la población.

“Una medida así no constituye discrimen ni violación alguna a los derechos de este grupo de edad, ya que en la Ley de Tránsito se establece el 0.02% para conductores de vehículos escolares”, señaló.
Añadió que el uso indebido de alcohol es un problema de salud pública. Además, es la razón para que decenas de familias vivan con un dolor eterno, como es su caso.

Hernández fue cónsono con las expresiones, tanto de Santini como de Señeriz. “Queremos proteger a nuestros jóvenes, limitar la peligrosidad en nuestras vías y ésta es una medida que nos va a ayudar a alcanzar esto”, comentó.
Éste, sin embargo, destacó además que se trata de una medida que limpia el camino para la posibilidad de aumentar a 21 años la edad mínima permitida para consumir alcohol.
Es esa permisión de venta de alcohol a menores de 18 años lo que le provoca al DTOP la pérdida de $11 millones anuales en fondos federales que podrían ser utilizados en proyectos dirigidos a reforzar la seguridad en las carreteras.

La Cámara ya evalúa ese posible incremento adicional a través del proyecto 1888, indicó Jorge L. Ramos Peña, presidente de la Comisión de Transportación e Infraestructura.
“Es tiempo de que acabemos con la tragedia que vivimos constantemente de ver cómo víctimas inocentes pierden sus vidas en manos de conductores negligentes”, dijo Santini.