lunes, 4 de mayo de 2009

Terapia de esperanza

Por Maricelis Rivera Santos
EL VOCERO
04 de mayo de 2009 04:00 am

La Fundación de Síndrome Down de Puerto Rico y un grupo de padres comprometidos, identificó nuevas avenidas de tratamiento que posibilitarían que los y las pacientes puedan comunicarse con mayor efectividad, alimentarse sin problemas y lograr una mayor aceptación entre el resto de la población.Los beneficios del tratamiento no son exclusivos para personas con Síndrome Down, sino para todo tipo de pacientes con problemas en el sistema motor oral como los de retardo mental, perlesía cerebral y el autismo, informó la directora ejecutiva de la Fundación, Olga López.“Hemos podido comenzar un servicio de terapia motor oral que puede ayudar para la alimentación y el habla mediante el fortalecimiento de los músculos de la boca”, explicó López.

El servicio proviene de un modelo que promueve la doctora en patología del habla Lory Overland, una de los dos profesionales en todo Estados Unidos que trabaja con ese sistema y con certificación motor oral.Overland visitó Puerto Rico, por tercera ocasión, hace unas semanas para adiestrar directamente a 96 terapistas del habla de 15 corporaciones, que atienden a una población de más de 15 mil niños, jóvenes y adultos. La doctora además, compartió los conocimientos con madres y padres para que puedan integrar los servicios en sus casas, complementando la tarea de los terapistas.El modelo que promueve Overland consiste en ejercitar la mandíbula, las mejillas, la nariz, el labio superior y el paladar, en este último caso de los pacientes más pequeños.

Durante una charla a madres y padres de la Fundación -que ofrece servicios a 2,800 personas- Overland recomendó un tipo de movimiento giratorio en el paladar de los infantes hacia los dientes con el dedo de su cuidador. Para la alimentación, se deben usar cucharas planas, señaló.“Hay que empezar bien temprano, cuando son bebés”, resaltó la especialista y dijo que luego que los músculos toman una forma se pueden hacer modificaciones, pero con la ayuda de aparatos recomendados por ortodoncistas.

Insistió en que mejorar la forma en que los pacientes pueden comer sin que los alimentos se salgan involuntariamente de sus bocas y mejorar el lenguaje, son aspectos que le dan mayor estabilidad a los pacientes.La Directora de la Fundación expresó que hay niños que una vez empiezan sus terapias experimentan cambios físicos muy notables en sus rostros porque sus músculos se fortalecen.Madres y padres que hacen la diferenciaDamaris Santiago, madre de Omar Alexandre, de cuatro años, e integrante de la Junta de la Fundación, es testigo de los cambios que puede hacer esa terapia en la vida de un niño.

“Es lindo saber como mamá que ahora hay esperanzas para mi hijo”, señaló la ingeniera.Santiago recalcó que ese tipo de terapias se realizan desde hace 30 años en España, Argentina y Estados Unidos. Pero, en Puerto Rico no se conocían hasta que ella y otras seis ó siete familias hablaron con la Fundación para traer la especialista a Puerto Rico.Dijo que entre el grupo de padres y madres que tienen más posibilidades económicas han enviado a los terapistas de sus hijos a tomar seminarios con el fin de que puedan brindar los conocimientos no solo a los suyos, sino a todos los pacientes que atienden.

En su caso, su bebé fue prematuro y en el mismo hospital se enteró de que tenía el síndrome down, por lo que desde entonces no escatima en esfuerzos por buscar alternativas para él y el resto de los niños.Recalcó la importancia que se integren terapias sensoriales y que en Puerto Rico solo existen cuatro especialistas con esa especialidad. “Hoy día mi hijo con discapacidad está bien integrado (al resto de la comunidad escolar)”, enfatizó. Baxter Internacional Foundation y la Fundación Angel Ramos posibilitaron la visita de Overland.

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