jueves, 5 de julio de 2007

Álbum nacional

Gerald López-Cepero
jueves, 5 de julio de 2007

Adela Dávila Estelritz / Primera Hora




Dicen que cada retrato es un relato, un pedazo de nuestras vidas que queda plasmado para la posteridad. Porque todos nosotros, el que más o el que menos, atesoramos esas fotos que dan fe de nuestro tránsito sobre la tierra. Pueden ser momentos sencillos y mundanos o monumentales y dramáticos. Son el recuerdo de los primeros pasos y la primera comunión. O, tal vez, son el registro gráfico del último día de una guerra o el último adiós a un héroe caído en batalla. De lo que no cabe duda es que son instantes únicos e irrepetibles, que figuran como momentos claves en nuestra historia personal.

Más aún, estas fotos componen lo que podría calificarse como “álbum nacional”, porque, de un modo u otro, todos estamos conectados. Y de ser así, ¿cuánto dicen de nosotros? ¿Y de los que vinieron antes, mucho antes, que nosotros? ¿Y de aquellos cuyas imágenes se han conservado para que generaciones presentes y futuras conozcan la magia de la cotidianidad de tiempos pasados?

De acuerdo con Julio E. Quirós Alcalá, director del archivo de la Fundación Luis Muñoz Marín (FLMM), los esfuerzos de dicha entidad por identificar colecciones de fotos privadas, dentro y fuera de la Isla, buscan, precisamente, “llenar esas lagunas de información” que pueden ayudar a que sepamos más acerca de -y comprendamos mejor- nuestro pasado. En síntesis, en este archivo “se conserva la historia de más de medio siglo de vida de nuestro pueblo”. Historia que está a la entera disposición de todos los ciudadanos -desde estudiantes hasta historiadores y público general- que estén interesados en conocer cómo y por qué somos lo que somos. Cómo hicimos la transición de una sociedad rural agrícola a un pueblo urbano y cosmopolita.
Álbum nacional de la Fundación Luis Muñoz Marín
Orgullosos de nuestro pasado


Para recopilar suficientes imágenes que evidenciaran la magnitud de la crónica borincana hacen falta grandes dotes investigativas y recursos de pesquisa; hay que querer descubrir, analizar y catalogar todo lo que pueda arrojar luz sobre el último siglo en la vida de los puertorriqueños. Ah, y no podemos dejar de mencionar la imprescindible colaboración de un pueblo orgulloso de su pasado y que no quiera olvidar. Gente que quiera compartir con sus coetáneos los tesoros fotográficos que estén en su posesión y que sirvan para ilustrarnos sobre nuestro ayer.
Por fortuna, la FLMM se ha comprometido con este noble propósito porque alguien tenía que hacerlo. Porque, como afirmó Quirós Alcalá, “en Puerto Rico no existe un archivo fotográfico (nacional) que aglutine todo esto. Lamentablemente, tampoco he visto ningún (otro) proyecto de rescate de fotografías en la Isla”.

De manera que, armados con sus mejores herramientas de investigación, los archivistas de la FLMM se dieron a la tarea de identificar colecciones fotográficas que estuvieran en manos de entidades privadas o públicas y coleccionistas individuales. Todo ello con miras a enriquecer el acervo de imágenes de la institución para, a su vez, ponerlas a nuestra disposición.
Extraordinario donativo

Al conocer acerca de esta admirable empresa, José Orraca Pérez, reconocido coleccionista, fotógrafo y conservador puertorriqueño -radicado en Connecticut, Estados Unidos-, hizo el extraordinario donativo de una vasta antología de fotos a la organización sin fines de lucro. Todas son vistas originales del Puerto Rico de finales de siglo XIX y principios del siglo XX.
Orraca Pérez, a su vez, fue adquiriendo las mismas, a lo largo de su carrera, de manos de coleccionistas y por medio de subastas.

En la ocasión de nuestra visita, Quirós Alcalá y Benjamín Pagán, archivero a cargo de la colección fotográfica, compartieron con PRIMERA HORA estos tesoros.
La plétora de retratos que desfilaron ante nuestros ojos fue impresionante. Una tras otra, las imágenes nos conmovieron y asombraron, nos sorprendieron e ilustraron sobre tiempos que marcaron nuestra historia. El tono de la vida cotidiana de aquel entonces, en marcado contraste con el de hoy, nos invitó a recapacitar sobre los pros y los contras de la modernización.
También fueron notables los rostros de las personas “de antes”, que lucían tan diferentes; su manera de conducirse aparentaba ser, por lo general, más seria y circunspecta. No obstante, los sujetos de las imágenes presentaban al lente fotográfico su más espontánea presencia, incapaces de adivinar que un día, esas instantáneas -captadas por fotógrafos que, probablemente, ni conocían ni jamás volverían a ver- nos iluminarían tanto.
Queremos más


Quirós Alcalá habló, también, con gran entusiasmo de su interés porque más personas hagan donativos fotográficos como el de Orraca Pérez. “Tenemos y queremos de todo”, aseguró, “lugares, individuos, paisajes”. Para obtener más imágenes, la FLMM solicita nuestra cooperación. De hecho, a todas aquellas personas que, por motivos sentimentales, no se animen a desprenderse de sus preciados retratos históricos donando los mismos, Quirós Alcalá les ruega que, al menos, “nos permitan investigarlas. Podemos hacer fotos de fotos para incluirlas en el archivo”.
El objetivo final


La idea de este proyecto, según lo explicó el director del archivo de la FLMM, es “desarrollar la colección (de fotos) más allá de que sean piezas de museo. Las queremos para que trasciendan las paredes de la Fundación. Queremos ser un elemento de difusión importante para que Puerto Rico conozca bien su pasado”, acotó Quirós Alcalá.

Para finales de este año, la Fundación Luis Muñoz Marín planifica publicar un libro de fotografías donadas a la Fundación por las familias de los misioneros menonitas que se establecieron en la Isla entre 1940 y 1950.

Para más información sobre cómo hacer donativos de fotos para el archivo de la entidad, pueden llamar a la Fundación Luis Muñoz Marín al 787-755-7979, extensión 28. También pueden comunicarse por correo electrónico a jquiros@flmm.org.

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