jueves, 12 de agosto de 2010

En paz a la espera de sus siamesas

En paz a la espera de sus siamesas
El padre de las siamesas, Lemuel Alemán, observa a su esposa Ivette Cruz en un vídeo desde el hospital Hermanos Meléndez, en Bayamón, donde permanece en completo reposo.(Primera Hora / Andre Kang)
jueves, 12 de agosto de 2010
Leysa Caro González / Primera Hora

Ivette Cruz, la joven de 22 años que espera siamesas, se encuentra bien de ánimo y de salud, por lo que el anhelo de su equipo médico de que llegue al término de 35 semanas para practicarle la cesárea podría cumplirse.

En los pasados días, la madre arecibeña contrajo una pulmonía y anemia. Al tratarse de un parto prematuro y del hecho de que ella ya rompió fuente, las complicaciones son de cuidado, pero la pronta intervención médica hizo posible que el plan para el nacimiento de las pequeñas continúe inalterado.

Así lo anunció ayer el equipo médico de la mamá, aunque fue claro en que lo positivo del panorama no quita que siga siendo un caso delicado. “Esto no es un caso straight forward, no es un caso completamente sencillo como podemos pensar. Sigue siendo un caso de bebés siamesas unidas y compartiendo parte de su cuerpo”, sostuvo el perinatólogo William Ramírez Cacho.


Hasta el momento, el diagnóstico prenatal para las niñas es “espectacular”, aunque igualmente especulativo, lo que quiere decir que el nacimiento podría traer consigo hallazgos no contemplados.

Según han revelado los sonogramas y demás exámenes realizados, Lianis Marie y Nailín Ivette vienen unidas por el ombligo, lo que se conoce como omphalopagus. Los médicos creen que comparten parte del hígado. Sin embargo, toda esta información es preliminar.

Ivette se encuentra recluida hace dos semanas, cuando rompió fuente. Hace poco más de una semana fue trasladada al hospital Hermanos Meléndez, en Bayamón, donde permanece en completo reposo y donde se llevará a cabo la cesárea.

“Quiero excusarme con ustedes ya que me estoy recuperando de una pulmonía y anemia y por eso no puedo estar con ustedes ahora... les quiero dar las gracias por toda la ayuda que me han brindado y que Dios los bendiga”, fueron parte de las expresiones que Ivette envió.

La joven luce tranquila, aunque evidentemente cansada debido a lo avanzado de su embarazo y a que constantemente es sometida a exámenes que le interrumpen el sueño. “Ella se encuentra ahora en un estado de salud bien estable. Estamos monitoreando esos bebés constantemente y esperando el momento indicado para hacer el delivery”, sostuvo Ramírez Cacho.

Ivette tiene 32 semanas y cinco días de embarazo, pero la meta de los galenos es mantener a las niñas dentro hasta las 35 semanas, lo que le daría al equipo de cirujanos a cargo de la separación unas pequeñas fuertes, de buen peso, maduras y listas para tolerar la vida afuera.

Esa misma tranquilidad la expresa su esposo Lemuel Alemán, de 20 años. “Yo sé que todo va a salir bien y ya las verán por ahí corriendo y haciendo sus maldades”, comentó.

La operación...
Los detalles de cuándo, cómo y cuánto tiempo tomará la separación de las pequeñas son preguntas que el equipo de cirujanos aún no puede responder.

Sólo en el momento del nacimiento de las niñas algunas de esas interrogantes se podrán contestar. Por ahora, los expertos pueden decir que el procedimiento es delicado y que se realizará en el Children's Hospital, institución anexa al Hermanos Meléndez.

El doctor Víctor Ortiz Justiniano, uno de los cuatro cirujanos que intervendrán en la operación, explicó que el cuándo lo determinarán las niñas. Dependerá de que estén suficientemente maduras, tanto en el aspecto pulmonar como renal, ambos imprescindibles para que puedan tolerar la operación con el más mínimo daño.

Dijo que tampoco podrían esperar demasiado tiempo, pues el desarrollo de infecciones siempre es una posibilidad.

Sobre las expectativas de vida para las niñas, Ortiz Justiniano comentó que en este tipo de unión, por el ombligo, son posiblemente más alentadoras. “No tienen problemas de combinación cardiaca, así que no hay que entrar en esa fase terapéutica tan sofisticada y difícil. Por lo tanto, su morbilidad y mortalidad es menor”, señaló el cirujano que ha atendido cuatro separaciones de siameses fuera de la Isla.

Aun así no deja de ser una operación de alto riesgo, pues se espera que compartan parte del hígado, de la pared toráxica y posiblemente parte del intestino. Del hígado, comparten posiblemente tres cuartas partes de pulgadas de hígado, comentó.

Sobre las complicaciones que podrían presentar las niñas, Ortiz Justiniano sostuvo que existen, especialmente si comparten algún órgano y ocurriera algún desgarramiento.

Y después...
El cirujano igualmente explicó que tras la separación va a quedar un “defecto”, por lo que a las niñas hay que ponerles una malla no porosa para evitar cualquier infección ante la exposición de los órganos.

La malla se sutura a la piel o a la facia (parte gruesa que le da consistencia al abdomen). Posteriormente, ingresarían al área de intensivo neonatal. Tras un tiempo allí, les retirarían la malla y las cerrarían.

Los médicos indicaron estar sumamente satisfechos de intervenir en el caso, pues usualmente este tipo de intervención se realiza en Estados Unidos. “Yo creo que es una satisfacción indescriptible ver algo que usualmente se envía a Estados Unidos tan pronto se diagnostica”, apuntó el cirujano.

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