26 de julio de 2010
El esqueleto tiene un papel en la regulación de la glucosa en la sangre y podría ser la
causa subyacente de la diabetes, revelaron dos estudios hechos en Estados Unidos.
Ambas investigaciones descubrieron la función de una hormona derivada de los huesos,
llamada osteocalcina, y su vínculo con la insulina.
Uno de los estudios, que se realizó en ratones, encontró que la descomposición de
hueso envejecido que ocurre para permitir el crecimiento de nuevo hueso, también
ayuda a mantener un nivel sano de glucosa en la sangre, dicen los científicos del Centro
Médico de la Universidad de Columbia, es la osteocalcina.
Beneficioso hallazgo
Los investigadores, que publicaron el estudio en la revista Cell, creen que el hallazgo
podría conducir a mejores tratamientos para controlar la epidemia global de diabetes
tipo 2.
El doctor Gerard Karsenty ya había demostrado en estudios previos que la osteocalcina
puede regular los niveles de glucosa.
Esta hormona puede “encender” la producción de insulina en el páncreas, lo que a su
vez mejora la capacidad de otras células de absorber glucosa de la sangre.
Pero en la nueva investigación, se encontró que la osteocalcina sólo trabaja cuando el
hueso se descompone en su proceso de formación natural.
En las pruebas realizadas para medir los niveles de osteocalcina y glucosa en un
pequeño grupo de pacientes que tenían un defecto genético óseo, confirmaron los
resultados que encontraron en los ratones.
La diabetes tipo 2 es la forma más común de la enfermedad y es causada cuando el
organismo no puede producir o responder apropiadamente insulina y no puede regular
los niveles de glucosa en la sangre.
El estudio sugiere que en algunos pacientes la diabetes podría ser provocada por
cambios en el esqueleto.
Esta información podría conducir al desarrollo de fármacos que estimulen el vínculo
entre osteocalcina e insulina.
Asimismo, los investigadores indicaron que el hallazgo también podría significar que
los fármacos que se utilizan para el fortalecimiento óseo en el tratamiento de trastornos
como la osteoporosis podrían interferir con este proceso.
“Esta investigación tiene implicaciones importantes tanto para los pacientes con
osteoporosis como diabetes”, indicó el doctor Karsenty.
“Primero, este estudio demuestra que la osteocalcina está involucrada en la aparición
de la diabetes. Y segundo, el hueso podría ser un nuevo blanco en el tratamiento de
diabetes tipo 2, ya que parece contribuir a la intolerancia de la glucosa”, confirmó.
“Finalmente, la osteocalcina podría convertirse en un tratamiento para la diabetes tipo
2”, expresó el científico.
En el segundo estudio, también publicado en Cell, los investigadores del Instituto
Médico Johns Hopkins descubrieron que la insulina es necesaria para el desarrollo
normal de los huesos y esta hormona. Según expertos esto podría ser el vínculo entre la
salud ósea y las enfermedades metabólicas como al diabetes.
En el estudio con ratones, los animales cuyos huesos no pudieron responder a la
insulina desarrollaron resistencia a la hormona y altos niveles de azúcar, ambos
síntomas de la diabetes.
Los científicos esperan ahora poder confirmar estos resultados en estudios más amplios
con seres humanos.
Ojo con el arroz blanco
Por otra parte, estudios han demostrado que si reemplazamos el arroz blanco en
nuestra dieta por arroz o pan integral podríamos reducir en 35% el riesgo de diabetes
tipo 2.
Según los investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard,
en Estados Unidos, el arroz blanco causa aumentos bruscos en los niveles de glucosa en
la sangre, lo cual es un riesgo de diabetes.
El arroz integral y otros productos integrales son una opción más sana porque liberan
la glucosa de forma más gradual, expresan los científicos.
Según los autores, en países desarrollados como Estados Unidos y el Reino Unido, más
del 70% del arroz que se come es blanco.
Aunque el arroz se ha consumido durante siglos en muchos países, fue sólo en el siglo
20 que comenzó a refinarse y consumirse como arroz blanco.
Para producir el arroz blanco el grano integral es sometido a un proceso de refinado
con el cual se le retira la capa exterior y el germen. Y básicamente lo que queda es el
endospermo, que consiste principalmente de almidón.
El estudio analizó los datos de tres grandes estudios llevados a cabo con cerca de 40,000
hombres y 157,500 mujeres sobre el consumo de arroz y el riesgo de diabetes.
Los científicos descubrieron que quienes consumían cinco o más porciones de arroz
blanco a la semana tenían 17% más riesgo de diabetes que quienes consumían menos
de una porción al mes.
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